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Situación actual de países respecto a sus principales conflictos (sociales, culturales, políticos, militares…)

La generación de ruptura

DARIO ERGAS (Santiago de Chile) | Hemos quedado atónitos con la manifestación de una nueva generación que avisó de su existencia estos últimos meses en Chile. Expresaron, subvirtiendo el orden económico y público, que no les gusta el sistema social en que viven. Se manifestaron y fue creciendo entre ellos un sentimiento de afecto, solidaridad, un reconocimiento mutuo, que sintonizó a toda su generación y arrastró también a las restantes de sus hermanos mayores, padres y abuelos. De pronto, como en un cuento de Saramago, todos nos dimos cuenta que el sistema político, económico y financiero era absurdo, que la democracia formal de los políticos era una hipocresía, que el gobierno protegía a una élite.

Un mundo que hasta el día anterior era una verdad total se desplomó. Ya no queremos competir, ya no nos interesa el consumo, ni el año escolar, no queremos ganarle al vecino, no le creemos a la televisión, ni al presidente, ni al parlamento. El dios dinero comenzó su agonía y así ya no puede dictar las normas de convivencia. Por el contrario, mancha todo lo que toca.

El grito que unió las marchas multitudinarias canta:
Chile despertó, despertó, despertó.

¿Pero qué significa exactamente ese despertar?

La opinión más común es que los abusos del sistema financiero neoliberal fueron los causantes. De ahí se desprende que la angustia económica de las clases medias y las más desposeídas sean el disparador de un fenómeno revolucionario. Revolución en esta ocasión sin partidos ni caudillos que la dirijan. El sistema habría llegado a un nivel de impunidad que agotó la sociedad, que ahora no cejará la presión hasta que una asamblea constituyente vuelva a definir la relación entre capital y trabajo, las reglas democráticas, la propiedad de los recursos naturales, el estándar del bien común de la salud y la educación, el estado federativo y plurinacional.

Esta es una hipótesis más o menos aceptada, propia de las filosofías economicistas del siglo XX. Algunos incluso leen en esto el principio del fin del neoliberalismo ya que en el mismo país donde se probaron sus teorías ahora serán barridas por el pueblo que alguna vez se ilusionó con ellas.

Es interesante, pero creo que hay otras aristas que me gustaría explorar.

Es probable que el fenómeno generacional no sea exclusivo de este país, sino que tenga características planetarias; el caso de Hong-Kong es llamativo por su similitud.

Pudiera una generación estar despertando mundialmente y estar abriendo los ojos hacia el horizonte del futuro. Es por “despertar” que ya no quieren este sistema de antivalores, ahogado por el capital financiero que pretende disciplinar la libertad por medio de palancas económicas y bursátiles. No importa si se trata de luchar contra el partido comunista chino o contra el rey de España o contra el poder corporativo financiero o el estado nacional: algo cambió en la sensibilidad de las nuevas generaciones que despertaron y descubrieron que se trata de ellos, de su mundo, y que tienen el deber y el derecho de transformarlo. No importa cuál símbolo sintetice aquel sistema individualista y tramposo del que se quieren despojar, no importa cuál sea el símbolo de lo que restringe la libertad y la diversidad, no importa con qué métodos nos exacerben esos deseos inútiles y sinsentido de querer más, la generación joven se está alzando en distintas latitudes, y parece que en una interesante dirección. De pronto descubrieron que los síntomas de la depresión, pánico, suicidio, incluso la ludopatía que padecían, era por la asfixia de valores individualistas, discriminatorios y competitivos y no por enfermedad mental como se les hacía creer. Inician así una revolución que transgrede las costumbres del sistema económico financiero uniforme y comprenden que son ellos los protagonistas.

Estas generaciones nacieron ya sin las referencias típicas del sistema, que ya estaban en decadencia: la Iglesia, la democracia, los políticos; un sistema capaz de matar y de destruir el planeta entero por dinero. Al menos esa es la representación que se tiene de una institucionalidad incapaz de evitar el colapso nuclear, ambiental, económico y moral.

Los pueblos se están sintonizando en este paisaje mundial con una generación sin los referentes tradicionales del sistema. Ya no son solo las nuevas generaciones, sino todas ellas se sincronizan en un espíritu hasta ahora desconocido. Sospecho que sobrepasará cualquier molde con que se las quiera contener, moldes que irán cayendo uno tras otro ante el caudal de la energía joven de una generación crítica que inaugura un nuevo momento histórico y probablemente anuncia una nueva era.

El análisis tradicional de lucha de clases y considerar que el ser humano es un ser económico, y que ese es el factor de cambio (o sea todos nos movemos por pesos, o sea nuestra alma es esencialmente corrupta), pudiera no ser válido. Al dejarnos llevar por ese tipo de pensamiento no tenemos todos los elementos para saber cómo actuar en esta revolución que queremos fomentar.

Reducir el motor humano a los factores productivos y considerar que la violencia de masas es una violencia revolucionaria y puede ser “utilizada” para una “causa mayor”, podría no alcanzar para analizar la complejidad de lo que se viene.

Intento entonces encontrar un ángulo existencial y humanista para comprender el momento que vivimos, y evaluar la acción para acompañar este cambio en la mejor dirección.

Entre las causas de las pérdidas de referencias sociales, morales y religiosas está el desgaste de las creencias culturales que chocaron con un nuevo paisaje tecnológico y mundializado.

Entre las causas de las pérdidas de referencias sociales, morales y religiosas está el desgaste de las creencias culturales que chocaron con un nuevo paisaje tecnológico y mundializado.

Pudiera ser que esa desestabilización de las referencias identitarias y del propio “yo” estuviera impactando a la conciencia desde sus necesidades espirituales más profundas. Una suerte de vacío mental provocado por la caída de las creencias y modelos que hasta hace poco nos orientaban está permitiendo a la conciencia personal y social acceder a la experiencia de su motivación más profunda y esencial. La mente liberada de los viejos moldes que la contenía (creencias religiosas, ideológicas, legales y económicas) revitaliza una búsqueda esencial en la que no se encuentra aislada, sino junto a otros en que se reconocen como humanidad.

Si de esto se tratara, el espíritu del ser, el sentido, aquello que trasciende el propio yo, está despertando en estas generaciones y conmoviendo al ser humano en la Tierra. El sistema está temblando, está muriendo su último dios, el dinero, y ajusta sus métodos para detener un nuevo fenómeno psicosocial que irrumpió justo cuando se sentía victorioso.

Aunque nos alegremos porque el espíritu está renaciendo en el corazón de cada uno y de todos, hay que reconocer que esta revolución es de los jóvenes. En el paisaje existencial de la juventud no están las iglesias, ni las ideologías, ni los políticos, ni los jerarcas, ni los gobiernos. Sí están la tecnología y la comunicación instantánea. Son ellos la chispa que enciende los nuevos tiempos.

Son ellos los protagonistas de este momento histórico. Así que, si la historia alguna vez “contó con los pobres del mundo”, hoy le abre paso a una juventud para la que ya no existen los esquemas de la modernidad ni la postmodernidad.

Pareciera que asistimos al fin de un mundo y eso hace temblar los cimientos de nuestra psique.

Pero también podríamos estar asistiendo al nacimiento del ser humano del futuro, a la creación de un tipo de sociedad universal inédita hasta ahora. Somos quizás los afortunados observadores de la creación histórica e intencional del ser humano.

Sea que la historia y nuestra propia vida es movida por factores de la economía de producción o de mercado, sea que estamos ante un sistema de creencias y valores que murió y produce un vacío mental que permite el contacto con un nuevo significado espiritual y un sentido trascendente de la vida, serán consideraciones importantes para definir nuestra acción en este momento que nos toca vivir.

Si se trata de un espiral evolutivo, la crisis global probablemente terminará por derrumbar los últimos pilares de las civilizaciones modernas para dar paso a una civilización planetaria imprevisible. Sea cual sea el contexto que consideremos en que nos encontramos tenemos que reflexionar cómo vamos a colaborar como personas y como comunidades en la construcción de la humanidad futura. Somos la condición de origen de los nuevos tiempos y podemos esforzarnos para comprender qué nos pasa y poner lo mejor que tengamos para la construcción humana común.

Hemos sido testigos en las calles de la poesía expresada en letreros de cartón que cada cual confecciona, todos ellos traduciendo una dignidad que sintoniza con el compañero o la compañera de marcha: “No dejamos la calle hasta que valga la pena vivir”; “No era depresión, era capitalismo”; “Una violación no se borra, un rayado sí; una vida no se recupera, lo material sí”; entre muchos otros que muestran algo muy grande que burbujea en cada cartel. Pareciera que una fuerza muy importante hubiera despertado de la profundidad del alma, una fuerza vital que se experimenta junto a los otros y tiñe a la vida de sentido, una fuerza que nos comunica los unos a los otros, que nos hace amar nuestras diferencias y reconocernos como iguales, un sentimiento hermoso de querer lo mejor no solo para los míos, también para los tuyos, un sentimiento de humanidad que está acariciando la razón para encontrar nuevos significados. Ya no es soportable la injusticia, el abuso, la violencia y la discriminación. Ya no es soportable una sociedad que tolera la violencia económica concentrando la riqueza. Ya no se admite dominar a las multitudes por la fuerza o por la manipulación psicológica o química. Ya nadie acepta el desarrollo destruyendo el sistema ecológico. Intolerables también son la violencia sexual, el fanatismo religioso o ideológico.

Parece que un nuevo espíritu está manifestándose en medio del derrumbe de los modelos y esquemas actuales.

¿Cuál es la acción vital para este momento que nos toca vivir? ¿Cómo nos emplazamos personalmente y junto a nuestra comunidad para aportar a la construcción de lo que viene? ¿Qué virtud personal pongo al servicio de lo conjunto para avanzar hacia un progreso de todos y para todos? La generación crítica, la de la inflexión entre un mundo que muere y otro que nace finalmente amaneció. ¿Cómo empujamos en nuestra situación personal y comunitaria, en nuestra situación vital, para que la fuerza que nos está animando siga creciendo, contagiando e inspirando la sociedad planetaria, del bien común, de liberación personal, sin muros ni fronteras físicas o mentales?

Fuente: Pressenza

Cómo será el 2019 del continente africano

Angelo Ferrari | No faltan las esperanzas de un renacimiento de África. Cada año, al final del año, los aspectos desatendidos se vierten en el siguiente, que es visto como crucial para el destino del continente. Y también el 2019 está cargado con todo lo que no sucedió y, en cambio, se esperaba que sucediera. La lista es larga.

La crisis en la República Centroafricana no se resuelve a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional. Continúan las muertes, no sólo por las armas, sino sobre todo por el hambre y las enfermedades que pueden curarse pero que la guerra hace incurables.

Luego está Sudán del Sur, el más reciente de los estados africanos. Aún no había visto la luz, después de una larga guerra secesionista con Sudán, que ya daba origen a una disputa civil, con miles de muertos y millones de desplazados. Guerra que aún perdura hoy a pesar de los numerosos intentos de paz.

La República Democrática del Congo, donde se debe votar pero no se vota, donde la población podría ser la más rica del planeta. El país se encuentra entre los más ricos del mundo en cuanto a recursos naturales y, en cambio, se muere de hambre, enfermedades y guerras que nunca terminan. Un país de rodillas, incluso por la voluntad de sus gobernantes que no están interesados en su propia gente.

Luego están los dinosaurios bulímicos del poder y el dinero. Sobresale uno, Paul Biya, en el poder por treinta y seis años y reelegido, no sin fraude, en 2018. Por no mencionar al presidente de la República del Congo, Denis Sassou Nguesso, líder del país desde 1979. Pero en este rubro le gana a todos la dinastía Bongo en Gabón, primero el padre Omar y ahora el hijo Ali, que gobierna el país desde 1967, 51 años.

El continente con los presidentes más antiguos y la población más joven

En resumen, un continente con los presidentes más antiguos del mundo y el pueblo más joven. Un continente, además, víctima de la migración. El 75% de la movilidad tiene lugar dentro del continente. Hay 25 millones de personas que pasan de un estado a otro en busca de mejores oportunidades o para escapar de las guerras. Los inmigrantes que llegan a la costa europea son sólo la punta del iceberg.

Pero también ha habido avances significativos.

Sobre todo, debe ser señalada la paz entre Etiopía y Eritrea, con la esperanza de que los pasos sean cada vez más firmes. Y, también en Etiopía, la elección como presidente del país de Sahle-Work Sewede (en la foto), la primera mujer en ocupar ese cargo y la única jefa de estado en el cargo en toda África. Una verdadera revolución.

Y ya fuera de todo estereotipo, el futuro de África pasa por la emancipación de las mujeres, de lo contrario no ocurrirá.

Pero vamos al año que está por abrirse. Como todos los años parece ser crucial.

Habrá votaciones en 11 países. ¿Una prueba de democracia? Tal vez. Sin embargo, está claro que apenas un número cercano al 28% de la población del continente irá a la votar. Primero, las dos primeras economías de África: Nigeria con un PIB de 376 mil millones de dólares y Sudáfrica con 349 mil millones de dólares (datos del Banco Mundial).

También habrá elecciones en Argelia y Túnez, cruciales para la estabilidad de África que domina el Mediterráneo. Si todo sale como se espera, ganará la democracia.

Las crisis migratorias y la pobreza de África

Pero con la democracia no se come. Los datos sobre la pobreza del África subsahariana lo demuestran. Sigue siendo intolerable que el 40% de la población, aún viva con menos de 2 dólares por día con una población joven sin posibilidades de futuro. El PIB del continente, después de la crisis de 2016, principalmente debido a la recesión de Nigeria y al colapso de los precios de las materias primas, ha reanudado su crecimiento a un ritmo que está dando envidia a Occidente.

El mercado africano es todo menos estancado. Cada año genera más de 500 mil millones en ingresos y otros ingresos tributarios, más de diez veces la ayuda externa que recibe anualmente, a la que incluso se agregan 60 mil millones de dólares en remesas a los países en desarrollo. Sin embargo, el continente africano gasta más de 300 mil millones de dólares cada año para importar bienes que podría producir internamente, si los gobiernos tan solo promovieran la industrialización.

Si se pasara, por ejemplo, de una agricultura de subsistencia a una agricultura que promoviera la industria de procesamiento. Sin estos cambios, pequeños pero efectivos, la democracia seguirá siendo una palabra vacía y en algunos estados una verdadera estafa en detrimento de todos los ciudadanos.

El año que viene siempre traerá consigo esperanzas e intenciones loables. Cambios que parecen estar a la vuelta de la esquina y al alcance de la mano, pero que, desafortunadamente, se renuevan en cada fin de año sin que haya ninguna transformación estratégica y estructural que comience a ver la luz.

Fuente: Pressenza

Sindicatos del mundo advierten sobre aumento de desigualdad

Confederación Sindical Internacional | La gran mayoría de la población mundial sigue en espera de una mayor seguridad laboral, mejores salarios y acceso a la protección social universal. Alrededor de 1.400 millones de trabajadores ocupaban un empleo vulnerable en 2017, cifra que aumentará en 35 millones para 2019.

“La desigualdad es más alta que nunca y aumenta sin que se observen indicios de que disminuya, mientras que los salarios de los trabajadores y trabajadoras se estancan al tiempo que la productividad y las ganancias se disparan. El crecimiento económico mundial no llega a los bolsillos de los que trabajan. En cambio, la concentración de la riqueza cada vez es mayor, con 50 empresas que poseen juntas una riqueza equivalente a 100 países. El dominio de las empresas digitales, cuyas descomunales cotizaciones en bolsa no se basan en beneficios reales, es un riesgo para los trabajadores, la competencia, los ingresos fiscales y la economía en general”, señala Pierre Habbard, secretario general de la Comisión Sindical Consultiva ante la Confederación Sindical Internacional (CSI).

El actual modelo económico ha contribuido a la disminución de la participación laboral del ingreso en todos los lugares del mundo, así como a dejar los salarios sistemáticamente rezagados con respecto del crecimiento de la productividad, un modelo que niega a los trabajadores la parte justa que les corresponde de los frutos del progreso económico.

El 94% de los trabajadores y trabajadoras de las cadenas mundiales de suministro tienen un empleo de bajos salarios, carentes de estabilidad y, a menudo, sin condiciones de seguridad. En el mundo, el 70% de las personas carecen de protección social, o tienen una protección social inadecuada mientras que 21 billones de dólares se encuentran escondidos en paraísos fiscales.

“Elevar los salarios, fortalecer la protección social, mejorar la negociación colectiva y reducir la desigualdad puede aumentar las tasas de empleo, reducir el sector informal, fortalecer la demanda agregada y promover el desarrollo económico y el crecimiento en general”, afirmó Sharan Burrow, secretaria general de la CSI.

Sin embargo, los datos de las tendencias a cinco años del Índice Global de Derechos de la CSI muestran el declive de la negociación colectiva y los derechos de los trabajadores entre 2014 y 2018:

  • la exclusión de la libertad sindical ha aumentado en un 15% (en 80 de 92 países);
  • las violaciones de la negociación colectiva se han incrementado en un 32% (en 87 de 115 países);
  • la violación del derecho de huelga ha aumentado en un 41% (en 87 de 123 países).

Los sindicatos piden a los ministros de trabajo del G-20 que se comprometan a llevar a cabo un plan de nueve puntos, que profundiza y va más allá de los compromisos anteriores:

  • Garantizar unos salarios mínimos vitales, establecidos y ajustados en función del costo de la vida.
  • Promover los derechos fundamentales de sindicalización y negociación colectiva, en especial en materia de salarios.
  • Reforzar e invertir en sistemas universales de protección social.
  • Eliminar de las cadenas mundiales de suministro la precariedad, el trabajo informal, la esclavitud y el trabajo infantil, y garantizar la responsabilidad de las empresas respecto de sus obligaciones hacia los trabajadores, incluso mediante la incorporación de la debida diligencia en materia de derechos humanos en todas sus actividades.
  • Abordar el cambio climático y contribuir a la realización de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Clima mediante la promoción y aplicación de estrategias para una transición justa hacia una economía baja en carbono.
  • Preparar a los trabajadores/as para una transición justa hacia un futuro del trabajo digital.
  • Promover la igualdad de género en el mercado laboral e invertir de forma masiva en la economía del cuidado y en formación, para crear nuevos empleos y formalizar el trabajo de otros millones de trabajadores/as de la economía informal; también se tiene que abordar el problema de la violencia en el lugar de trabajo, en particular con leyes relativas a los permisos por violencia doméstica.
  • Abordar los elevados y persistentes niveles de desempleo juvenil, por medio de políticas activas del mercado de trabajo e inversión en la formación formal; y
  • Planificar la integración de refugiados y migrantes, eliminando los obstáculos a la inclusión social.

El G-20 no debe perder de vista los compromisos asumidos sobre la participación de la renta del trabajo, los principios de salarios justos, los derechos de los trabajadores/as dentro y fuera de las cadenas mundiales de suministro, la participación igualitaria de mujeres y hombres en el empleo y los salarios, la inclusión de los jóvenes, la salud y la seguridad laboral y el desarrollo de competencias.

“En los últimos años, los ministros de Trabajo del G-20 declararon que la violación de los derechos de los trabajadores/as no podía formar parte de la competencia. Esta declaración debe hacerse realidad. Todos los empleadores deben asumir la responsabilidad del trabajo decente para todos sus trabajadores/as, ya sean empleados directos o contratistas en las cadenas de suministro”, comentó Sharan Burrow.

Las últimas conclusiones del índice de esclavitud Walk Free de 2018, hacen que el cumplimiento de este compromiso sea un imperativo. Los países del G-20 importan anualmente más de 354 mil millones de dólares en productos “de riesgo”, producidos en sectores de países donde las personas son sometidas a trabajos forzosos.

Según Walk Free, doce países del G-20 aún no han promulgado leyes ni políticas formales para impedir que las empresas obtengan productos del trabajo forzoso. Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y EE. UU. ya han introducido o están tomando medidas para introducir leyes que aborden la esclavitud moderna; los demás países deben hacer lo mismo.

“Desigualdad, desempleo, esclavitud moderna, niveles históricos de desplazamiento de personas, violencia contra las mujeres, jóvenes marginados, aumento del conflicto militar con una escalada del gasto en armamento: vivimos en un mundo fracturado y corresponde al G-20 mostrar liderazgo para efectuar el cambio. Es preciso reescribir las reglas de la economía mundial para dar paso al crecimiento de economías sostenibles, aseguró Burrow.

Fuente: Pressenza

Dos terceras partes de la población mundial vivirán en centros urbanos para 2050

Enallaktikos | Dos tercios de la población mundial vivirán en centros urbanos para el año 2050, y esta explosión demográfica se concentrará en India, China y Nigeria, según estimaciones de la ONU en el pasado mes de mayo.

Según un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), la población rural del mundo alcanzará su punto máximo dentro de unos años y luego disminuirá para el año 2050.

Tokio es actualmente la ciudad más grande del mundo con 37 millones de habitantes. Le sigue Nueva Delhi con 29 millones, Shanghai con 26 millones y Ciudad de México y Sao Paulo con alrededor de 22 millones cada uno.

El Cairo, Mumbai (Bombay), Beijing y Dhaka tienen casi 20 millones de habitantes.

Sin embargo, según el informe, Nueva Delhi superará en número a Tokio en 2028.

En el mismo período, se espera que India supere a China y se convierta en el país con la población más grande del mundo.

Casi el 55% de la población mundial vive actualmente en áreas urbanas, y esta cifra aumentará al 68% en 2050. India, China y Nigeria registrarán más de un tercio de este aumento.

También habrá más ciudades. En 1990, solo había 10 ciudades principales, es decir, ciudades con poblaciones de 10 millones o más. Hoy hay 33 y para el año 2030 se estima que habrá 43, principalmente en los países en desarrollo.

Sin embargo, en algunas ciudades de Japón y Corea del Sur, por ejemplo, en Nagasaki y Buzan, ha habido una disminución de la población desde 2000. Muchas ciudades de Europa oriental en países como Polonia, Rumania, Rusia y Ucrania han experimentado un declive de la población desde el comienzo del siglo.

La humanidad está a dos minutos de la medianoche

El Reloj del Juicio Final es una analogía de cuán cerca está la humanidad “de la medianoche”, es decir, de una catástrofe que implica la destrucción masiva. Los expertos destacaron una serie de riesgos de hoy, como el reflote de una carrera nuclear, las decisiones irresponsables de autoridades globales, el cambio climático y el dominio de la desinformación.

El Boletín de los Científicos Atómicos (BAS) ha corrido las manecillas del Reloj del Juicio Final (DoomsdayClock), declarando que ahora faltan dos minutos para la medianoche.

Este es un reloj simbólico, creado por el Boletín (de la Universidad de Chicago, EEUU), cuya analogía es cuán cerca está la especie humana “de la medianoche”, es decir, de una catástrofe que implica la destrucción de la humanidad.

El año pasado estábamos a dos minutos y medio de la medianoche, lo que ya era bastante grave. Ahora estamos aún más cerca de un peligro global que en aquel momento.

“Llamar alarmante a la situación nuclear del mundo es minimizar el peligro y su inmediatez”, dijo la Dra. Rachel Bronson, presidenta y directora general del BAS, en una conferencia de prensa en Washington DC, donde los científicos anunciaron el cambio, haciendo el gesto simbólico de correr la manecilla del minutero en un gran reloj.

Calificándola de “evaluación sombría”, el anuncio se concentró en la imprevisibilidad del presidente de Estados Unidos, señalando que sus ideas sobre el uso de las armas nucleares siguen siendo inciertas y preocupantes.

El profesor Robert Rosner, presidente de Bulletin Science and Security Board, explicó que “el riesgo de que las armas nucleares se usen, intencionalmente o por error, creció el año pasado en todo el mundo” y que actualmente hay pocas dudas de esto.

Aunque mencionaron a todas las potencias nucleares que están mejorando sus propios arsenales, como Corea del Norte, prestaron especial atención a las autoridades de Estados Unidos. “Tanto nuestros aliados como adversarios se ven obligados a negociar una maraña de declaraciones políticas contradictorias de la administración estadounidense”, enfatizó Rosner.

“Por primera vez en muchos años, no se están llevando a cabo negociaciones de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia. En cambio, podríamos ver el regreso a una carrera armamentista nuclear “, dijo la profesora Sharon Squassoni, del Boletín.

El panel también criticó el desdén de Trump por el acuerdo nuclear con Irán, que es visto ampliamente como una medida de seguridad positiva. El presidente fue criticado por sus intentos de socavarlo.

La vez anterior en que el reloj estuvo a dos minutos de la medianoche fue en 1953, en plena Guerra Fría. La Guerra de Corea estaba en curso y el gobierno de los Estados Unidos consideraba usar armas nucleares para resolver conflictos. Las armas nucleares estaban proliferando en todo el mundo y la variante de la bomba de hidrógeno también saltó a primer plano en ese momento.

En 1949, 1984 y 2015, el reloj retrocedió a tres minutos para la medianoche. Justo antes, en 1983, el presidente Reagan pronunció su famoso discurso sobre el “imperio del mal”, que acusaba al comunismo y la Unión Soviética como la gran amenaza del mundo. En ese tiempo el presidente propuso la Iniciativa de Defensa Estratégica, también llamada Guerra de las Galaxias; en gran parte basada en el espacio para disparar contra misiles nucleares de la URSS. Al mismo tiempo la URSS ponía sus fuerzas militares y nucleares en alerta máxima.

Hoy, la dinámica del mundo no es la misma, pero el reloj es elocuente: estamos en una posición más peligrosa que en 1984, cuando EEUU y la URSS seguían con pintura de guerra. Este año se parece mucho más a 1953. No es una comparación perfecta, pero el mensaje es que el mundo se percibe como una roca a punto de explotar.

A pesar de que las ojivas nucleares disminuyeron de 64.499 en 1986 a 9.435 en la actualidad, las armas nucleares aún representan una enorme amenaza, particularmente cuando vemos quienes están a cargo de decidir si usarlas o no.

Hoy, cambio climático y las amenazas ambientales se suman a la lista de peligros que observa la BAS. Sin embargo, a diferencia de los últimos años, el cambio climático permaneció visiblemente en segundo plano.

“A diferencia de los últimos años, cuando nos hemos centrado tanto en el cambio climático como en el nuclear… este año las discusiones nucleares tomaron el centro del escenario en nuestras conversaciones”, señaló Bronson. Cuando se mencionaba el cambio climático, todavía se hablaba de una amenaza considerable. Sin embargo, a pesar de las distintas voluntades políticas para abordarlo en el mundo, se observó que ya existen algunas soluciones a la crisis y que teóricamente podrían implementarse rápidamente.

Durante el anuncio, los científicos destacaron las amenazas proféticas de los ciberataques y la desinformación, incluida la “voluntad de inventar hechos alternativos”. También se aludió a la antipatía hacia la ciencia en Estados Unidos.

Es importante enfatizar en que el reloj es más que un símbolo de desgracia. Su objetivo es estimular la discusión sobre si podemos hacer del mundo un lugar más seguro, a través de la diplomacia, la retórica prudente y la mitigación del cambio climático.

Esto depende en gran medida de la disposición de la sociedad para contrarrestar la destrucción que hemos venido presenciando.

Como dijo en la conferencia Lawrence M. Krauss, físico teórico, “los mecanismos oficiales para vincular las políticas públicas con la realidad, están ausentes… los gobiernos e instituciones -y hasta cierto punto, los medios- no están tratando correctamente los serios problemas globales que enfrentamos. Por eso reiteramos nuestra súplica a las personas del mundo: si los gobiernos no están actuando para protegerlos como deberían, ustedes necesitan tomar el liderazgo, necesitan exigir acciones. Todavía no es la medianoche y en el pasado nos hemos movido hacia atrás. Puede estar en sus manos si lo hacemos en el futuro”.

Soluciones militares para crisis económicas

Partido Humanista • Los presidentes norteamericano y norcoreano, Donald Trump y Kim Jong-un, están protagonizando un intercambio de amenazas bélicas –disparando desde Twitter, la nueva moda de impedir matices y de imponer titulares– con un tono que claramente busca aumentar la tensión y reduce las posibilidades de diálogo. A pesar de que el ruido del enfrentamiento entre Washington y Pyongyang no parece interpretarse como un riesgo inmediato y evidente de conflicto bélico nuclear, la espiral de amenazas comienza a experimentarse con preocupación.

La Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, ha convocado a embajadores de los Gobiernos europeos el 14 de agosto a una reunión extraordinaria para discutir los “posibles siguientes pasos sobre la situación” de Corea del Norte. Y representantes de potencias como Alemania o Rusia han expresado su inquietud.

Desde el Partido Humanista reiteramos nuestra oposición a toda forma de violencia y alertamos sobre la urgencia de trabajar para promover el desarme a nivel internacional.

En este conflicto “puntual” que se ha agudizado en los últimos días, subyacen entre otros factores, intereses económicos. Por un lado, Corea acaba de recibir unas duras sanciones económicas por parte de la ONU debido a su carrera en armamento nuclear que quiere atenuar y, para ello, necesita provocar las negociaciones utilizando amenazas. Por otro, la situación económica de Estados Unidos no es precisamente alentadora y la imagen con la que Trump llegó a la Casa Blanca dista mucho de la realidad a la que se enfrenta en el interior de su país: por ello, necesita el negocio de la guerra.

Las principales empresas fabricantes de armas de mundo han visto como sus acciones se disparaban al alza. Donald Trump viene apostando por esta dirección violenta desde hace tiempo. En mayo firmó un contrato por el que EEUU vendió 100.000 millones en armas a Arabia Saudí, la monarquía absolutista que desde 2011 ha intervenido militarmente o a través de servicios secretos en Siria, Bahrein, Yemen y Egipto para entregar armas y apoyo a grupos fundamentalistas, disparar a manifestantes, bombardear a civiles y apoyar golpes de Estado. Poco después, en la cumbre de la OTAN que se celebró en Bruselas, exigió más gasto militar, más armas, incluso más despliegues eventuales. Nadie pareció alarmarse y no tuvo especial resistencia. No hubo reacciones de advertencia en prensa, ni gestos de preocupación en las tertulias, ni críticas en las páginas de opinión de los principales diarios. Trump ya había advertido de la dirección que iban a tomar sus políticas cuando en febrero declaró que Estados Unidos tenía que “volver a ganar guerras”. Argumento que utilizó cuando pidió al Congreso de su país aumentar un 9% el dinero destinado a la carrera armamentística.

Con este aumento, Estados Unidos se consolida como el país con mayor gasto en armamento con más de 60.000 millones de euros anuales por delante de países como China, Rusia o Arabia Saudí. En la lista de los diez estados que más invierten en el negocio de la guerra se encuentran también Japón, India o Corea del Sur, todos ellos en el ámbito de influencia geopolítica del conflicto armado que hoy están alentando Trump y Kim Jong-un.

La guerra un gran negocio

El crecimiento de la industria bélica, del armamentismo y de la guerra se levanta como respuesta frente a una crisis económica provocada por la concentración del capital, los recursos y beneficios en pocas manos. Esta tendencia ya fue advertida hace años –1993– en el Documento Humanista: “Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado”.

Ese paraestado, nacido a la luz de la concentración financiera, ha llevado a la crisis económica y social en todos los países –también los que se definen como desarrollados– y al aumento de la desigualdad. En esa situación, la industria bélica ingresa miles de millones y saca pecho en medio de un contexto geopolítico marcado por la inestabilidad y los nuevos conflictos armados.

Un dato: la estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante mundial de armamento, ingresa cada año más de 34.000 millones de euros, cifra superior al PIB de 97 países y cinco veces el presupuesto de Naciones Unidas para misiones de paz.

Las principales empresas fabricantes de armas de mundo han visto cómo sus acciones se disparaban al alza en las bolsas desde el aumento de la tensión en Oriente Medio y la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte, haciendo que sus beneficios aumentaran en varios miles de millones de dólares. Todos los analistas económicos recomiendan mantener o comprar más acciones de las principales compañías armamentísticas, ya que sus predicciones indican que su valor continuará subiendo durante el próximo año. Mientras unos señores juegan a la bolsa para continuar multiplicando su dinero con la complicidad de los políticos, la vida de cientos de miles de personas en la península de Corea a ambos lados de la frontera está amenazada por la codicia de unos pocos que parecen no tener nunca suficiente. Y aunque pareciera que esta posibilidad de guerra pueda quedarse en una “serpiente de verano”, si los poderes militares y económicos siguen presionando para aumentar sus beneficios, la situación se les puede ir de las manos y explotar.

Hacia un mundo no-violento

El episodio reciente que tiene como protagonistas a Trump y Kim Jong-un, no debiera entenderse solo desde su aspecto más anecdótico y digamos “estético”, sino como indicador de una dirección violenta que es estructural y que se expresa cada vez con más fuerza. Citando de nuevo el Documento Humanista advertimos que nos encontramos en una nueva etapa en la que el gran capital “comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos”.

Los humanistas aspiramos a una nación humana universal, en la que convergerá creativamente la enorme diversidad humana de etnias, lenguas y costumbres; de localidades, regiones y autonomías; de ideas y aspiraciones; de creencias, ateísmo y religiosidad. Dentro de nuestras propuestas reiteramos por su urgencia la tarea de alertar, generar conciencia en toda la humanidad y reclamar el desarme nuclear total, el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados, la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional, la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

Frente a los violentos acontecimientos que parecen teñir el hoy y el mañana, el Partido Humanista exalta la capacidad constructiva del ser humano para abocarse a transformar las relaciones económicas, modificar las instituciones y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno.

Recordando Nagasaki 72 años después de la bomba atómica

Declaración de paz de Nagasaki: «No más hibakusha«

Estas palabras expresan el deseo sincero de los hibakusha de que en el futuro nadie en el mundo vuelva a experimentar el desastroso daño causado por las armas nucleares. Este verano, el deseo ha movido a muchas naciones a través del globo y dio lugar a la creación de un cierto tratado.

El Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, que por supuesto prohíbe el uso de armas nucleares, y además su posesión o despliegue, fue adoptado en julio por 122 naciones, cifra que representa más del 60% de los Estados miembros de las Naciones Unidas. Este fue un momento en que todos los esfuerzos de los hibakusha a lo largo de los años finalmente tomaron forma.

Quiero llamar a este tratado, que menciona los sufrimientos y las luchas de los hibakusha, «El Tratado de Hiroshima-Nagasaki». Quisiera también expresar nuestro más profundo agradecimiento a todas las naciones que promueven este tratado, las Naciones Unidas, las ONG y otros que han actuado con tanta determinación y coraje para librar al mundo de las armas que van en contra del espíritu de la humanidad.

Sin embargo, este no es nuestro objetivo final. Todavía hay alrededor de 15.000 armas nucleares en el mundo. La situación internacional que rodea a las armas nucleares se está volviendo cada vez más tensa. Un fuerte sentido de ansiedad se está extendiendo por todo el mundo que en un futuro no muy lejano estas armas podrían ser utilizadas de nuevo. Por otra parte, los estados con armas nucleares se oponen a este tratado y no hay un fin a la vista del camino hacia «un mundo libre de armas nucleares», cuya realización es nuestro objetivo. La raza humana ahora se enfrenta con la pregunta de cómo este tratado tan esperado puede ser utilizado para progresar más lejos.

Por la presente, hago el siguiente llamamiento a los Estados con armas nucleares ya las naciones bajo su paraguas nuclear. La amenaza nuclear no terminará mientras las naciones continúen afirmando que las armas nucleares son esenciales para su seguridad nacional. Por favor, reconsideren su política de buscar proteger a sus naciones a través de armas nucleares. El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) obliga a todos sus Estados miembros a lograr el desarme nuclear. Por favor, cumplan con esta obligación. El mundo entero espera sus decisiones valientes.

Al gobierno japonés tengo que hacer este llamamiento. A pesar de que el gobierno japonés ha declarado claramente que ejercería su liderazgo en el objetivo de un mundo libre de armas nucleares y que desempeñaría un papel de puente entre los estados con armas nucleares y los Estados no armados con armas nucleares, ni siquiera ha participado en las negociaciones diplomáticas para el Tratado de Prohibición Nuclear, lo que es bastante incomprensible para los que vivimos en las ciudades que sufrieron bombardeos atómicos. Como el único país del mundo que ha sufrido bombardeos atómicos durante la guerra, exhorto al gobierno japonés a reconsiderar la política de depender del paraguas nuclear y unirse al Tratado de Prohibición Nuclear en la primera oportunidad posible. La sociedad internacional está a la espera de la participación de Japón.

Además, pido al gobierno japonés que afirme al mundo su compromiso con el ethos pacifista de la Constitución de Japón, que renuncia firmemente a la guerra y su estricta observancia de los Tres Principios No Nucleares. Como política específica que representa un paso adelante hacia un mundo libre de armas nucleares, debería actuar ahora examinando el concepto de «Zona libre de armas nucleares en el nordeste de Asia».

Esto, ciertamente, nunca olvidaremos: el hecho de que a las 11:02 del 9 de agosto de 1945, una bomba atómica explotó en el aire justo encima de la colina donde ahora estamos reunidos, matando e hiriendo a 150.000 personas. Ese día, la furiosa explosión y los rayos de calor redujeron la ciudad de Nagasaki a una extensión carbonizada de tierra. Las personas cuya piel colgaba en tiras se tambaleaban alrededor de la ciudad arruinada en busca de sus familias. Una madre estupefacta estaba junto a su hijo que había sido quemado. Cada rincón de la ciudad era como un paisaje del infierno. Incapaces de obtener tratamiento médico adecuado, muchas de estas personas cayeron muertas, una por una. Incluso ahora, 72 años después de ese día, el daño resultante de la exposición a la radiación continúa devastando los cuerpos de los sobrevivientes hibakusha.

Líderes de todas las naciones del mundo: por favor vengan y visiten las ciudades atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Quiero que vean lo que sucedió aquí abajo en el suelo bajo la nube de hongos, no desde una perspectiva muy por encima de ella. Quiero que todos vean con sus propios ojos, oigan con sus propios oídos y sienten con sus propios corazones cuán cruelmente la bomba atómica pisoteó la dignidad de los seres humanos. Quiero que imagines cómo te sentirías si tu propia familia hubiera estado en Nagasaki ese día.

Cuando las personas han experimentado algo doloroso y angustiante tienden a encerrar esa memoria en sus corazones y son reacios a hablar de ello. Esto es porque hablar de ello implica ser recordado de ello. El hecho de que los hibakusha hayan continuado hablando de sus experiencias mientras soportan cicatrices físicas y mentales representa un acto de miembros individuales de la humanidad para proteger nuestro futuro, determinando, para hacer los mayores esfuerzos para difundir su mensaje.

Hago este llamado a todas las personas del mundo. Las cosas más aterradoras son el desinterés y el proceso de olvido. Todos dejemos pasar la batuta de paz que hemos recibido de los hibakusha y los que han experimentado la guerra, por lo que es continuamente llevado al futuro.

La IX Conferencia General de Alcaldes por la Paz se celebra aquí en Nagasaki. En esta red de 7.400 municipios participan muchos representantes de pueblos y ciudades que tienen dolorosos recuerdos de guerra y lucha civil. En solidaridad con nuestros amigos de Alcaldes por la Paz, enviaremos desde Nagasaki al mundo el mensaje de que con unidos esfuerzos y un compromiso inquebrantable, incluso los llamamientos a la paz desde las ciudades pequeñas pueden dar un fuerte impulso al progreso global, al igual que los hibakusha nos mostraron.

«Nagasaki debe ser el último lugar en sufrir un bombardeo atómico». Estas son las palabras que los hibakusha han repetido continuamente hasta que sus voces se han vuelto roncas. Vamos a demostrar que sus palabras son un deseo común y la ambición de toda la humanidad.

La edad media del hibakusha ahora excede 81 años. La «era en la cual los hibakusha todavía están con nosotros» está llegando a su fin. Solicito firmemente que el gobierno japonés mejore la asistencia prestada a hibakusha y alivie a todos los que sufrieron el bombardeo atómico.

Seis años han transcurrido desde el accidente de la central nuclear de Fukushima. Como una ciudad que ha experimentado la amenaza de la radiación, estamos con las víctimas en la Prefectura de Fukushima y les ofrecemos nuestro apoyo.

Por este medio, rindo homenaje a todos los que perdieron la vida por los bombardeos atómicos y declaro que los ciudadanos de la ciudad de Nagasaki uniremos nuestras manos a todas las personas de todo el mundo que oren por un mundo libre de armas nucleares y continúan trabajando incansablemente hacia la realización de la abolición de las armas nucleares y la eterna paz mundial.

Tomihisa Taue
Alcalde de Nagasaki
9 de agosto de 2017

Dramático deterioro de las condiciones de los solicitantes de asilo en Lesbos

Atenas / Médicos sin Fronteras (MSF) ha hecho público el pasado mes de julio un nuevo informe en el que destaca el drástico deterioro de la protección y la atención de las personas vulnerables en Lesbos. Se trata de personas llegaron a la isla griega huyendo de la violencia y de guerras como la de Siria, Irak, Afganistán.

«Personas vulnerables están quedando al margen debido a las grietas del sistema y no están siendo identificadas y atendidas adecuadamente», denuncia Emilie Rouvroy, coordinadora general de MSF en Grecia.

El informe, con el título ‘Deterioro dramático de los solicitantes de asilo en Lesbos’, se basa en datos médicos de MSF y en los testimonios de los pacientes. El documento describe los recientes y radicales recortes en la prestación de servicios de salud en la isla; recortes que también han venido acompañados de una reducción de la asistencia jurídica así como del cierre de refugios y de otros servicios esenciales.

«Cuatro veces más personas han llegado a las islas entre abril y junio, mientras que la capacidad de los actores médicos para identificar a las personas vulnerables se ha reducido drásticamente», explica Rouvroy. Ante esta situación, MSF demanda la ampliación de la atención médica en las islas del Egeo.

Los datos revelan la vulnerabilidad real de los solicitantes de asilo en Lesbos:

  • El 80 por ciento de las evaluaciones de salud mental realizadas por MSF cumplen los criterios de gravedad de la organización.
  • Dos de cada tres pacientes de salud mental de MSF han sido víctimas de la violencia antes de llegar a Grecia.
  • Uno de cada cinco ha sufrido torturas.
  • Aproximadamente la mitad de las mujeres a las que MSF ha realizado exámenes ginecológicos han sido víctimas de violencia sexual.

Los recién llegados son ubicados en el campo de Moria donde están expuestos a altas temperaturas. Las personas retenidas están y se sienten abandonadas, el clima de tensión es elevado y tienen lugar sucesos esporádicos de violencia. «Sus condiciones de vida son difíciles y viven hacinadas. Al complicado sistema legal y al intenso sufrimiento personal se suman la honda sensación de pérdida del hogar, la familia y los amigos, y la violencia que muchos refugiados han padecido durante el viaje», expone Louise Roland-Gosselin, responsable de Incidencia Política de MSF en Grecia. “Están sonando todas las alarmas”, alerta.

108 millones de personas padecen ya grave inseguridad alimentaria

Un nuevo informe mundial sobre las crisis alimentarias sirve de referente para evitar el riesgo de catástrofes humanitarias

A pesar de los esfuerzos frente al hambre a nivel internacional, cerca de 108 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria severa en el mundo en 2016, con un drástico aumento en comparación con los 80 millones en 2015, según refleja un nuevo informe mundial sobre crisis alimentarias publicado en Bruselas por la FAO.

El documento, en cuya elaboración se han integrado diversas metodologías de medición, es fruto de una colaboración nueva y políticamente innovadora entre la Unión Europea y USAID/FEWSNET (red de alerta contra la hambruna de EEUU), instituciones regionales de seguridad alimentaria y organismos de la ONU, entre ellos la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF.

El fuerte incremento refleja los problemas de la población para producir y acceder a los alimentos debido a los conflictos, los precios a niveles récord en los mercados locales de los países afectados y a eventos meteorológicas extremos como la sequía y las lluvias irregulares causadas por El Niño.

Los conflictos civiles son el factor determinante en nueve de las 10 peores crisis humanitarias, lo que pone de relieve el estrecho vínculo existente entre paz y seguridad alimentaria, según el Informe mundial sobre crisis alimentarias 2017.

Al sumar fuerzas para ofrecer análisis neutrales gracias a las aportaciones de múltiples instituciones, el estudio -que se publicará anualmente-, permite tomar decisiones de planificación más fundamentadas y que respondan a las crisis alimentarias de manera más oportuna, global y coordinada.

“Este informe pone de relieve la necesidad fundamental de acciones rápidas y específicas para responder eficazmente a las crisis alimentarias y abordar sus causas profundas. La UE ha asumido el liderazgo en esta respuesta. En 2016, asignamos ya 550 millones de euros, seguido de otros 165 millones que acabamos de movilizar para ayudar a las personas afectadas por el hambre y la sequía en el Cuerno de África”, explicó Neven Mimica, Comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo.

“El informe es el resultado de un esfuerzo conjunto y de un seguimiento concreto de los compromisos asumidos por la UE en la Cumbre Mundial Humanitaria celebrada en Estambul, que identificó la necesidad urgente de un análisis transparente, independiente y a la vez consensuado de las crisis. Espero que este documento sea una herramienta eficaz para que toda la comunidad internacional podamos mejorar la coordinación de nuestras respuestas a las crisis”, señaló por su parte Christos Stylianides, Comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis.

Situaciones que están empeorando

La demanda de ayuda humanitaria y para la creación de resiliencia se intensificará este año, ya que cuatro países corren el riesgo de sufrir hambrunas: Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria. Otros países que requieren asistencia a gran escala debido a la inseguridad alimentaria generalizada son Iraq, Siria (incluyendo a los refugiados en países vecinos) Malawi y Zimbabwe. Ante la ausencia de medidas inmediatas y contundentes -no sólo para salvar las vidas de las personas, sino también para evitar que caigan en la hambruna-, la situación de seguridad alimentaria en estos países continuará empeorando en los próximos meses, según el nuevo informe.

“El coste en términos humanos y de recursos no hace más que aumentar, si dejamos que las situaciones se deterioren”, advirtió el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. “Podemos evitar que la gente muera a causa de la hambruna –añadió-, pero si no ampliamos nuestros esfuerzos para salvaguardar, proteger e invertir en los medios de subsistencia rurales, decenas de millones de personas seguirán padeciendo inseguridad alimentaria severa”.

“Las cifras reflejan un panorama sumamente preocupante, con más de 100 millones de personas con grave inseguridad alimentaria, con un nivel de sufrimiento que ha sido provocado por los conflictos y el cambio climático. El hambre agrava las crisis, creando una inestabilidad e inseguridad cada vez mayores. Lo que es hoy un problema de seguridad alimentaria se convierte mañana en un problema de seguridad”, aseguró Ertharin Cousin, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos. “Es una carrera contra el tiempo: el mundo debe actuar ahora para salvar las vidas y el sustento de millones de personas que se encuentran al borde de la inanición”, concluyó.

Los 108 millones de personas que según el informe están en situación de inseguridad alimentaria severa en 2016 representan a aquellas que sufren un nivel de malnutrición aguda mayor de lo habitual y una falta generalizada de alimentos mínimamente adecuados, incluso con ayuda externa. Aquí se incluye a los hogares que pueden hacer frente a sus necesidades alimentarias mínimas tan sólo agotando sus semillas, ganado y activos agrícolas necesarios para producir alimentos en el futuro. Sin una acción firme y sostenida, las personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria severa corren el riesgo de caer en una situación aún peor y padecer en última instancia de inanición.

Fuente: FAO

Desarraigados: Una crisis creciente para los niños refugiados y migrantes

UNICEF • En todo el mundo, casi 50 millones de niños viven fuera de sus lugares de origen, de los cuales 28 millones han sido forzados a huir de sus hogares por los conflictos y la violencia de la que no son responsables. Millones más han tenido que migrar, solos o con sus familias, con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura. Traumatizados a menudo por los conflictos y la violencia de la que huyen, estos niños tienen que enfrentarse a otros peligros en el camino, entre ellos el riesgo de ahogarse en las travesías por mar, de sufrir desnutrición y deshidratación, o de ser víctimas de la trata, de secuestros, violaciones e incluso de asesinatos. En los países que atraviesan y en los lugares de destino son, con frecuencia, víctimas de xenofobia y discriminación.

Un nuevo informe publicado el pasado mes de septiembre por UNICEF, Desarraigados: Una crisis creciente para los niños refugiados y migrantes, presenta nuevos datos que describen un panorama desolador sobre la vida y la situación en la que se encuentran millones de niños y sus familias afectados por conflictos violentos y otras crisis que los obligan a arriesgar sus vidas huyendo antes que permanecer en sus lugares de origen. “Las impactantes imágenes de niños, como la del pequeño Aylan Kurdi, que apareció en una playa después de ahogarse en el mar, o de la cara atónita y sangrante de Omran Daqneesh, sentado en una ambulancia después de que su casa resultara destruida, han conmocionado al mundo”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Pero cada imagen, cada niña o niño, representa a muchos millones más que están en peligro y esto exige que nuestra conmoción por esos casos concretos se traduzca en acciones en favor de todos los niños”.

Desarraigados muestra que:

  • Los niños representan un porcentaje desproporcionado y creciente de todas las personas que han buscado refugio fuera de sus lugares de nacimiento: aunque representan un tercio de la población mundial, constituyen cerca de la mitad de todos los refugiados. En 2015, alrededor del 45% de todos los niños refugiados bajo protección de ACNUR procedían de Siria y Afganistán.
  • 28 millones de niños han sido expulsados de sus hogares por la violencia y los conflictos dentro de sus países y fuera de sus fronteras. De ellos, 10 millones de niños son refugiados, un millón solicitantes de asilo cuyo estatus aún no ha sido determinado, y unos 17 millones han sido desplazados dentro de sus propios países. Todos ellos tienen una necesidad extrema de recibir ayuda humanitaria y acceso a servicios esenciales.
  • Cada vez hay más niños solos que están cruzando las fronteras por su cuenta. En 2015, más de 100.000 menores no acompañados solicitaron asilo en 78 países, el triple que en 2014. Los niños no acompañados están más expuestos a sufrir explotación y abusos por parte de contrabandistas y traficantes de personas.
  • En todo el mundo, unos 20 millones niños y niñas migrantes han dejado sus hogares por distintas razones, incluyendo la pobreza extrema o la violencia callejera. Muchos corren un peligro real de sufrir abusos o de ser detenidos porque no tienen ninguna documentación, porque su estatus legal es incierto y, por lo tanto, no hay un seguimiento ni monitoreo sistemático sobre su bienestar. Son los niños que nadie detecta.

Según Desarraigados, Turquía alberga el mayor número de refugiados recientes y posiblemente el mayor número de niños refugiados en el mundo. En relación a su población, el Líbano acoge al mayor número de refugiados, donde aproximadamente 1 de cada 5 personas es un refugiado. En comparación, hay aproximadamente un refugiado por cada 530 personas en el Reino Unido y uno por cada 1.200 en los Estados Unidos. Si se consideran los países de acogida de refugiados por su nivel de ingreso, sin embargo, la República Democrática del Congo, Etiopía y Pakistán albergan la mayor concentración de refugiados.

El informe sostiene que en aquellos lugares donde hay rutas seguras y legales la migración puede ofrecer oportunidades para los niños que migran y las comunidades a las que se unen. Un análisis del impacto de la migración en los países de ingresos altos encontró que las contribuciones de los migrantes en impuestos y contribuciones sociales fueron mayores que la ayuda que recibieron, que ocuparon vacantes de alta y baja cualificación en el mercado de trabajo y que contribuyeron al crecimiento económico y la innovación en los países de acogida.

Sin embargo, una cuestión fundamental es que los niños que han tenido que huir a la fuerza de sus hogares ven limitado su acceso a servicios como la educación, siendo este uno de los principales factores por los cuales muchos niños y familias se ven obligados a migrar. Un niño refugiado tiene cinco veces más probabilidades de no asistir a la escuela que un niño no refugiado. Cuando pueden acudir a la escuela, los niños migrantes y refugiados suelen ser víctimas de discriminación, entre otras razones por un trato injusto y por acoso.

Fuera del aula, los obstáculos legales impiden que los niños refugiados y migrantes reciban servicios en igualdad de condiciones que los niños que son nativos de un país. En el peor de los casos, la xenofobia puede llegar a convertirse en ataques. Sólo en Alemania, las autoridades registraron 850 ataques contra los albergues de refugiados en 2015. “¿Qué precio tendremos todos que pagar si no conseguimos proporcionar a estos jóvenes oportunidades para recibir una educación y disfrutar de una infancia más normal? ¿Cómo podrán contribuir de manera positiva a sus sociedades? Si no pueden, no sólo se pondrá en peligro su futuro, sino que también sus sociedades saldrán perdiendo”, dijo Lake.

El informe señala seis acciones específicas para proteger y ayudar a los niños desplazados, refugiados y migrantes:

  • Proteger a los niños refugiados y migrantes, especialmente a los no acompañados, de la explotación y la violencia.
  • Acabar con la detención de niños migrantes, o los que esperan obtener la condición de refugiados, mediante la adopción de medidas alternativas.
  • Mantener unidas a las familias como la forma más adecuada para proteger a los niños y garantizarles un estatus legal.
  • Garantizar el acceso a la educación a todos los niños refugiados y migrantes y darles acceso a servicios de salud y a otros servicios de calidad.
  • Insistir en la necesidad de abordar las causas subyacentes a los movimientos a gran escala de refugiados y migrantes.
  • Promover medidas para combatir la xenofobia, la discriminación y la marginación.

Descargar un PDF del informe y materiales multimedia en: UNICEF