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Las noticias falsas se ensañan con los refugiados

CEAR | Cada vez más noticias falsas tratan de convertir a los refugiados en chivos expiatorios de todos los males de Europa. A través de datos inventados, desinformaciones o medias verdades se alimenta el discurso de odio principalmente en las redes sociales, pero también en medios de comunicación. La buena noticia es que cada vez hay también más plataformas y periodistas que se dedican a desmontar estos bulos.

“Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve” – Martín Lutero

Enero de 2016. Año Nuevo. La ciudad alemana de Colonia amanece conmocionada ante una oleada de agresiones sexuales. Medios de comunicación difunden que tras estos actos abominables habría hasta mil hombres bien organizados, muchos solicitantes de asilo. Un mes y medio después, una noticia lo desmiente: ni eran miles, ni la mayoría tenían el perfil de refugiado: solo tres de los 58 sospechosos identificados por la policía alemana.

La verdad pasó casi desapercibida. El daño ya estaba hecho y supuso un cambio radical en el enfoque informativo y los prejuicios socialeshacia las personas refugiadas en Europa. La mayoría de veces no hubo rectificaciones o se hicieron de manera sutil. Como dice la periodista especializada en desinformación internacional, Myriam Redondo: “El rumor siempre llega más lejos que el desmentido”. De hecho, una investigación de Twitter detectó que las noticias falsas viajan por Internet un 70% más rápido que las verdaderas.

De la ola de solidaridad generalizada que recorrió muchos países europeos desde la icónica y trágica foto del pequeño Aylan, al miedo y la sospecha constante a la que han sido sometidas las personas refugiadas tras estos sucesos que les convertían en chivos expiatorios de todos los males de Europa.

Las informaciones falsas relativas a personas migrantes más compartidas son aquellas que los relacionan con actos criminales (30%), beneficios sociales (20%) y la sensación de invasión (19%), según un estudio de ‘France 24 Observers’. Un ejemplo de noticia falsa que circula sin control por las redes es la que protagoniza un supuesto refugiado sirio que habría agredido a personal sanitario en un centro de salud de Turquía. Una historia que posteriormente se difundió masivamente en Francia, como si hubiera sucedido en el país galo, y que finalmente llegó a España, también como si se tratara de una persona musulmana en un centro de salud español. Sin embargo, el vídeo realmente había sido grabado en Novgorod (Rusia) y el agresor era un ciudadano de esta localidad que estaba bajo los efectos del alcohol.

Otro bulo que corrió como la pólvora y que transmitía una sensación de invasión fue la imagen de un buque cargado de personas que se compartió como si fueran migrantes africanos llegando a puertos europeos, cuando realmente se trataba de una fotografía de 1991 en la que miles de personas trataban de huir de Albania a Italia. O la imagen en mosaico de dieciséis mujeres alemanas asaltadas y violadas, supuestamente por personas migrantes, y que tuvo un enorme eco en el país bávaro, pero también en Grecia, Italia, Reino Unido, Holanda y Francia. Finalmente, se demostró que la mayoría habían sido víctimas de violencia de género principalmente en Reino Unido y Estados Unidos.

Además, tras cada atentado terrorista en suelo europeo, los decibelios de las mentiras alcanzan cotas altísimas para desgracia de las personas refugiadas, que se convierten inmediatamente en sospechosas por su origen y su religión. Para Soto Ivars, autor del libro ‘Arden las redes’, estas falsedades tienen la intención de “presentarles como peligro y amenaza, diciendo sin tapujos que hay terroristas escondidos y que son violadores en serie”. Eso a pesar de que en los principales atentados de los últimos años (París, Londres, Niza, Berlín, Bruselas o Barcelona) la mayoría de sospechosos no eran solicitantes de asilo e incluso muchos habían nacido en el país donde perpetraron el ataque. Según el alcalde de Londres, Sadiq Khan, las agresiones islamófobas se quintuplicaron después del atentado de junio de 2017 en la ciudad y los incidentes racistas aumentaron un 40%.

Con la decisión del Gobierno español de facilitar un puerto seguro al Aquarius en junio, los bulos se amplificaron en las redes españolas y protagonizaron titulares alarmistas y mensajes políticos sobre el ‘efecto llamada’ alejados de los datos reales. Uno de los que más se compartió las presentaba como personas desagradecidas que rechazaban la ropa que les habían facilitado las organizaciones al llegar a Valencia, a través de fotos de un contenedor lleno de prendas de vestir. Cruz Roja se vio obligada a aclarar que se trataba de un protocolo de tratamiento preventivo sanitario que seguían siempre sus trabajadores.

¿Cómo combatir los bulos?

Una de cada cinco personas comparte noticias sin haber leído más que el título. Actuar cuando están en fase de creación o publicación es fundamental, porque una vez en circulación solo se pueden limitar los daños. Ana García Juanatey, del Observatorio Proxi, aboga por responsabilizar a los intermediarios, como los medios de comunicación y las empresas tecnológicas, para que tomen medidas que dificulten la difusión de este tipo de contenidos, además de “educar en el pensamiento crítico a todos los niveles, desde la infancia”.

Pero si las redes sociales e Internet son el lugar ideal para propagar los bulos, también pueden serlo para atajarlos y contrarrestarlos. Con esta premisa cada vez surgen más iniciativas que tratan de apelar a la colaboración ciudadana para desmontar las noticias falsas, como el mapa antibulos que las geolocaliza en Alemania. O proyectos como Maldita MigraciónStop RumoresObservatorio ProxiNewtral y muchos otros que han surgido en España con la idea de mitigar el auge de los discursos racistas y xenófobos en Internet. Plataformas y herramientas para ensañarnos con la verdad y no con las personas refugiadas.

No a la fosa común en la frontera sur de la Unión Europea

El pasado 3 de julio varias ONG europeas han emitido un comunicado de denuncia sobre la situación catastrófica en el Mediterráneo, que parece cada día más una fosa común en la frontera sur de la Unión Europea, y la absoluta falta de altura que tienen los líderes políticos para enfrentar tal situación, vistos los acuerdos patéticos a los que han llegado en su última cumbre.  Junto a una lista de 12 medidas urgentes a tomar, el texto dice que “Europa no puede torpedear sus cimientos humanistas para ceder a la ultraderecha racista y fascista con una política que vuelve a criminalizar al extranjero, al migrante, al diferente, y a quienes se solidarizan con ellos”.

El comunicado busca adhesiones de ONG europeas, mientras que los organizadores –la asociación humanista Convergencia de las Culturas– consideran, en conjunto con los firmantes, qué clase de acciones de denuncia llevar a cabo.

Comunicado acerca de la cumbre europea sobre migración

Ante los acuerdos tomados en materia de migración y asilo en la última cumbre de líderes europeos celebrada los días 28 y 29 de junio, las organizaciones abajo firmantes manifiestan su más firme rechazo al contenido y al fondo de las resoluciones tomadas en un encuentro, del que se esperaba una respuesta necesaria y esperanzadora a la situación vital que están sufriendo miles de seres humanos, empujados a abandonar sus lugares de procedencia.

En dicha cumbre se tomaron acuerdos, que en realidad no acuerdan nada, dando vía libre a que cada país haga lo que quiera; unos acuerdos que reinterpretan el derecho de asilo, modificando normas para maquillar las continuas violaciones al derecho internacional y europeo en temas de asilo y acogida; unos acuerdos tomados desde la óptica del estar tratando con “carne humana”, cediendo así a los planteamientos más regresivos y xenófobos que empiezan a emerger en varios países de la Unión; unos acuerdos que desoyen el clamor de la mayoría de la población que se solidariza con los migrantes o la disposición de cientos de ayuntamientos dispuestos a acogerlos en sus localidades.

Pero quizás lo más vergonzante es que, mientras muchos seres humanos mueren en su intento de cruzar el Mediterráneo, estos líderes europeos centraron su discusión en si creaban “plataformas de desembarco” en el interior de Europa o si lo hacían en terceros países. No hubo ni una autocrítica, ni una reflexión acerca de la responsabilidad que Europa ha tenido en la generación del conflicto; ni un reconocimiento del expolio que Europa ha producido y sigue produciendo en aquellos países de donde proceden los migrantes; ni una revisión a su lucrativa política de invasiones (como miembros de la OTAN) y de venta de armas, que termina abasteciendo a aquellos países en conflictos de los que hoy huye la gente.

Básicamente hablaron de dónde colocar “plataformas de desembarco”, es decir, cárceles para extranjeros o, más acertadamente, campos de concentración, con el objetivo último de devolver a los migrantes a sus precarios países de origen. Es un paso más atroz y deshumanizante en la dirección de los ya cuestionados “Centros de Internamiento para Extranjeros” (CIE). Ni dentro ni fuera, Europa no puede torpedear sus cimientos humanistas para ceder a la ultraderecha racista y fascista con una política que vuelve a criminalizar al extranjero, al migrante, al diferente, y a quienes se solidarizan con ellos.

La vida humana es sagrada y, desde el convencimiento de que no habrá progreso si no es de todos y para todos, las organizaciones firmantes instan a los gobiernos europeos a dar una respuesta coherente y urgente tomando medidas como:

  • Desmantelamiento de todos los centros de internamiento para extranjeros, así como el abandono de toda tentativa de crear cárceles para migrantes, en cualquiera de sus formas.
  • Eliminación de ‘vallas’ en distintos países de la Unión.
  • Por el contrario, ir avanzando hacia la eliminación de fronteras, que solo existen para separar a los pobres y no tienen realidad para los capitales y la minoría cada día más escandalosamente rica del planeta.
  • Impedir que los impuestos de los ciudadanos europeos sean destinados a la ‘vigilancia de fronteras’, la ‘externalización’ de las mismas y la creación de ‘plataformas-prisiones’. Proponemos que estos fondos sean destinados a otros aspectos, como la acogida de estos seres humanos que llegan a Europa.
  • No a la criminalización del migrante y del refugiado: ¡Ningún ser humano es ilegal!
  • Desistir en la criminalización de ONG y cooperantes que ponen su esfuerzo en salvar vidas humanas, así como penalizar a aquellos países que entorpezcan su labor (como es el caso de los continuos sabotajes a los barcos humanitarios Aquarius, Lifeline u Open Arms).
  • Que estas políticas sean investigadas y consideradas crímenes de lesa humanidad.
  • Habilitar vías de ingreso legales a Europa para una real y efectiva lucha contra las mafias que especulan con el comercio de seres humanos. No solamente con la creación de “pasillos humanitarios”, sino, sobre todo, otorgando documentos de entrada legal a Europa.
  • Crear una política de reparación a aquellos países a los que Europa lleva expoliando desde hace centurias.
  • Control exhaustivo de las ventas de armas a países en conflicto, directa o indirectamente desde terceros países.
  • Dejar de seguir los mandatos de EEUU, a través de la OTAN; dejar de ocupar territorios y de bombardear a las poblaciones, que se ven obligadas a huir buscando salvar sus vidas y las de los suyos.
  • El cumplimiento escrupuloso de la Declaración de los Derechos Humanos así como de las leyes internacionales en materia de asilo y migración.

Mientras tanto, alentamos a las poblaciones a mantener ese impulso solidario que entronca con nuestras mejores tradiciones humanistas europeas. Debemos seguir dando esa lección de dignidad a nuestros vergonzantes dirigentes políticos trabajando con las decenas de miles de ciudadanos que están ofreciendo sus casas, o las redes vecinales que se articulan para dar atención urgente a los que llegan a sus ciudades, así como apoyar a los líderes locales de nuevo cuño que asumen desde sus municipios las responsabilidades que los gobiernos nacionales y las instituciones europeas son incapaces de desarrollar.

 

Para adherir al comunicado como organización o colectivo, manda un mail de apoyo a José Antonio Díaz jadiaz@humanistas.org.

Fuente: Pressenza

El plástico envenena al planeta

Y pensar que el primer material plástico inventado por el hombre fue para proteger el medio ambiente. Durante la segunda mitad el siglo XIX el billar era el juego de moda en Estados Unidos y Europa. El marfil necesario para fabricar las bolas desembocó en una matanza de elefantes indiscriminada en la que más de 3.500 mil elefantes fueron abatidos en menos de tres años solo en Ceilán (Sri Lanka).

En 1863, un proveedor neoyorquino de bolas de billar prometió una fortuna a quien desarrollara una buena alternativa. John Wesley Hyatt aceptó el reto, consiguió el primer material plástico de la historia: celuloide, una mezcla de celulosa, etanol y alcanfor que además del billar revolucionó el mundo del cine y la industria del peine que se abastecían de otro recurso poco sostenible: los caparazones de tortugas. Así el plástico era un invento promocionado como el salvador de los elefantes y tortugas, como el petróleo “salvo” a las ballenas de la extinción (de ellas se extraía el combustible para las lámparas).

El plástico se crea pero no se destruye

Estamos ante un material no biodegradable y tóxico que enseguida comienza a fragmentarse en pequeñas partículas cada vez más pequeñas que son transportadas por el viento y el agua. En las zonas centrales de todo el mundo ya hay más plástico en suspensión que plancton (es decir, más plástico que alimento para los peces). Estas acumulaciones gigantescas de basura están compuestas en su mayoría por fragmentos pequeños de menos de 4 mm. Estas sopas de plástico no se ven a simple vista y mucho menos limpiarlas. Desde 2010 el 100% de las muestras de arena de playas de todo el mundo contienen micro plásticos mezclados con la arena. Todo tipo de especies marinas al alimentarse ingieren accidentalmente estos micros plásticos que conllevan a una contaminación de la cadena alimenticia de la cual depende el hombre. Se desconoce la totalidad de su impacto en tanto animal como personas. Además las partículas de plástico atraen y acumulan ciertos tóxicos y segregan otras sustancias cancerígenas, empleadas en la fabricación de plásticos, en el agua.

Este material tarda entre 100 y 1.000 años (dependiendo del plástico) en descomponerse en el medio ambiente. Utilizar este material tan duradero para objetos desechables nos conduce a una crisis global.

Aumentan los diagnósticos de cáncer

La composición de la mayoría de los plásticos se desconoce, están declaradas como secretos industriales. Más del 50% del peso de un objeto hecho de plástico está compuesto de aditivos que generan: dureza, flexibilidad, color, etc. Su composición y cantidades son desconocidas. Los aditivos más comunes aun en pequeñas dosis son muy perjudiciales para la salud ya que algunos de estos tóxicos son considerados disruptores endocrinos. Es decir que contienen sustancias que imitan las hormonas de cualquier ser vivo y al acumularse pueden producir mutaciones graves a nivel celular en ambos sexos. En el futuro puede desembocar en cáncer: de mama, útero, pecho, respiratorio, de pulmón, de testículos… Medidas como no consumir ni envasar alimentos en plástico (incluidas las latas de refresco) pueden protegernos de esta intoxicación. Muchos plásticos segregan cada vez más tóxicos con el tiempo, el uso y el lavado.

El calor, el microondas y la acidez de la comida o bebida son factores que pueden aumentar la liberación de estos productos tóxicos en la comida o bebida.

Reciclaje de plásticos, un fracaso

“La mayor parte del plástico que ponemos en los contenedores de “reciclaje” es arrojado al basurero, incinerado, o exportado a países como China”.

Teniendo en cuenta que según su composición existen más de mil plásticos diferentes por lo tanto es incoherente que todo el plástico se deposite en mismo contenedor.

De cada cuatro residuos plásticos que puede depositar el consumidor europeo en el contenedor d “reciclaje” dos son quemados, uno será enviado a china (donde las legislaciones de cuidados al medio ambiente son menores y posiblemente sea incinerado). El 25% restante dependiendo del tipo de plástico que sea acabará en el basurero, que se convierta en algo no reciclable (plástico de baja calidad) o lo más extraño de todo que se convierta en un objeto muy parecido nuevamente reciclable. El mito de la fiabilidad del reciclaje es una manera de que los gobiernos no tengan que contestar preguntas respecto al recorrido y gestión de estos residuos.

La raíz del problema se halla en una cultura impulsiva de usar y tirar sin vistas al futuro, depende de las acciones del día a día de cada uno de nosotros.

Soluciones militares para crisis económicas

Partido Humanista • Los presidentes norteamericano y norcoreano, Donald Trump y Kim Jong-un, están protagonizando un intercambio de amenazas bélicas –disparando desde Twitter, la nueva moda de impedir matices y de imponer titulares– con un tono que claramente busca aumentar la tensión y reduce las posibilidades de diálogo. A pesar de que el ruido del enfrentamiento entre Washington y Pyongyang no parece interpretarse como un riesgo inmediato y evidente de conflicto bélico nuclear, la espiral de amenazas comienza a experimentarse con preocupación.

La Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, ha convocado a embajadores de los Gobiernos europeos el 14 de agosto a una reunión extraordinaria para discutir los “posibles siguientes pasos sobre la situación” de Corea del Norte. Y representantes de potencias como Alemania o Rusia han expresado su inquietud.

Desde el Partido Humanista reiteramos nuestra oposición a toda forma de violencia y alertamos sobre la urgencia de trabajar para promover el desarme a nivel internacional.

En este conflicto “puntual” que se ha agudizado en los últimos días, subyacen entre otros factores, intereses económicos. Por un lado, Corea acaba de recibir unas duras sanciones económicas por parte de la ONU debido a su carrera en armamento nuclear que quiere atenuar y, para ello, necesita provocar las negociaciones utilizando amenazas. Por otro, la situación económica de Estados Unidos no es precisamente alentadora y la imagen con la que Trump llegó a la Casa Blanca dista mucho de la realidad a la que se enfrenta en el interior de su país: por ello, necesita el negocio de la guerra.

Las principales empresas fabricantes de armas de mundo han visto como sus acciones se disparaban al alza. Donald Trump viene apostando por esta dirección violenta desde hace tiempo. En mayo firmó un contrato por el que EEUU vendió 100.000 millones en armas a Arabia Saudí, la monarquía absolutista que desde 2011 ha intervenido militarmente o a través de servicios secretos en Siria, Bahrein, Yemen y Egipto para entregar armas y apoyo a grupos fundamentalistas, disparar a manifestantes, bombardear a civiles y apoyar golpes de Estado. Poco después, en la cumbre de la OTAN que se celebró en Bruselas, exigió más gasto militar, más armas, incluso más despliegues eventuales. Nadie pareció alarmarse y no tuvo especial resistencia. No hubo reacciones de advertencia en prensa, ni gestos de preocupación en las tertulias, ni críticas en las páginas de opinión de los principales diarios. Trump ya había advertido de la dirección que iban a tomar sus políticas cuando en febrero declaró que Estados Unidos tenía que “volver a ganar guerras”. Argumento que utilizó cuando pidió al Congreso de su país aumentar un 9% el dinero destinado a la carrera armamentística.

Con este aumento, Estados Unidos se consolida como el país con mayor gasto en armamento con más de 60.000 millones de euros anuales por delante de países como China, Rusia o Arabia Saudí. En la lista de los diez estados que más invierten en el negocio de la guerra se encuentran también Japón, India o Corea del Sur, todos ellos en el ámbito de influencia geopolítica del conflicto armado que hoy están alentando Trump y Kim Jong-un.

La guerra un gran negocio

El crecimiento de la industria bélica, del armamentismo y de la guerra se levanta como respuesta frente a una crisis económica provocada por la concentración del capital, los recursos y beneficios en pocas manos. Esta tendencia ya fue advertida hace años –1993– en el Documento Humanista: “Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado”.

Ese paraestado, nacido a la luz de la concentración financiera, ha llevado a la crisis económica y social en todos los países –también los que se definen como desarrollados– y al aumento de la desigualdad. En esa situación, la industria bélica ingresa miles de millones y saca pecho en medio de un contexto geopolítico marcado por la inestabilidad y los nuevos conflictos armados.

Un dato: la estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante mundial de armamento, ingresa cada año más de 34.000 millones de euros, cifra superior al PIB de 97 países y cinco veces el presupuesto de Naciones Unidas para misiones de paz.

Las principales empresas fabricantes de armas de mundo han visto cómo sus acciones se disparaban al alza en las bolsas desde el aumento de la tensión en Oriente Medio y la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte, haciendo que sus beneficios aumentaran en varios miles de millones de dólares. Todos los analistas económicos recomiendan mantener o comprar más acciones de las principales compañías armamentísticas, ya que sus predicciones indican que su valor continuará subiendo durante el próximo año. Mientras unos señores juegan a la bolsa para continuar multiplicando su dinero con la complicidad de los políticos, la vida de cientos de miles de personas en la península de Corea a ambos lados de la frontera está amenazada por la codicia de unos pocos que parecen no tener nunca suficiente. Y aunque pareciera que esta posibilidad de guerra pueda quedarse en una “serpiente de verano”, si los poderes militares y económicos siguen presionando para aumentar sus beneficios, la situación se les puede ir de las manos y explotar.

Hacia un mundo no-violento

El episodio reciente que tiene como protagonistas a Trump y Kim Jong-un, no debiera entenderse solo desde su aspecto más anecdótico y digamos “estético”, sino como indicador de una dirección violenta que es estructural y que se expresa cada vez con más fuerza. Citando de nuevo el Documento Humanista advertimos que nos encontramos en una nueva etapa en la que el gran capital “comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos”.

Los humanistas aspiramos a una nación humana universal, en la que convergerá creativamente la enorme diversidad humana de etnias, lenguas y costumbres; de localidades, regiones y autonomías; de ideas y aspiraciones; de creencias, ateísmo y religiosidad. Dentro de nuestras propuestas reiteramos por su urgencia la tarea de alertar, generar conciencia en toda la humanidad y reclamar el desarme nuclear total, el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados, la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional, la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

Frente a los violentos acontecimientos que parecen teñir el hoy y el mañana, el Partido Humanista exalta la capacidad constructiva del ser humano para abocarse a transformar las relaciones económicas, modificar las instituciones y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno.

Recordando Nagasaki 72 años después de la bomba atómica

Declaración de paz de Nagasaki: «No más hibakusha«

Estas palabras expresan el deseo sincero de los hibakusha de que en el futuro nadie en el mundo vuelva a experimentar el desastroso daño causado por las armas nucleares. Este verano, el deseo ha movido a muchas naciones a través del globo y dio lugar a la creación de un cierto tratado.

El Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, que por supuesto prohíbe el uso de armas nucleares, y además su posesión o despliegue, fue adoptado en julio por 122 naciones, cifra que representa más del 60% de los Estados miembros de las Naciones Unidas. Este fue un momento en que todos los esfuerzos de los hibakusha a lo largo de los años finalmente tomaron forma.

Quiero llamar a este tratado, que menciona los sufrimientos y las luchas de los hibakusha, «El Tratado de Hiroshima-Nagasaki». Quisiera también expresar nuestro más profundo agradecimiento a todas las naciones que promueven este tratado, las Naciones Unidas, las ONG y otros que han actuado con tanta determinación y coraje para librar al mundo de las armas que van en contra del espíritu de la humanidad.

Sin embargo, este no es nuestro objetivo final. Todavía hay alrededor de 15.000 armas nucleares en el mundo. La situación internacional que rodea a las armas nucleares se está volviendo cada vez más tensa. Un fuerte sentido de ansiedad se está extendiendo por todo el mundo que en un futuro no muy lejano estas armas podrían ser utilizadas de nuevo. Por otra parte, los estados con armas nucleares se oponen a este tratado y no hay un fin a la vista del camino hacia «un mundo libre de armas nucleares», cuya realización es nuestro objetivo. La raza humana ahora se enfrenta con la pregunta de cómo este tratado tan esperado puede ser utilizado para progresar más lejos.

Por la presente, hago el siguiente llamamiento a los Estados con armas nucleares ya las naciones bajo su paraguas nuclear. La amenaza nuclear no terminará mientras las naciones continúen afirmando que las armas nucleares son esenciales para su seguridad nacional. Por favor, reconsideren su política de buscar proteger a sus naciones a través de armas nucleares. El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) obliga a todos sus Estados miembros a lograr el desarme nuclear. Por favor, cumplan con esta obligación. El mundo entero espera sus decisiones valientes.

Al gobierno japonés tengo que hacer este llamamiento. A pesar de que el gobierno japonés ha declarado claramente que ejercería su liderazgo en el objetivo de un mundo libre de armas nucleares y que desempeñaría un papel de puente entre los estados con armas nucleares y los Estados no armados con armas nucleares, ni siquiera ha participado en las negociaciones diplomáticas para el Tratado de Prohibición Nuclear, lo que es bastante incomprensible para los que vivimos en las ciudades que sufrieron bombardeos atómicos. Como el único país del mundo que ha sufrido bombardeos atómicos durante la guerra, exhorto al gobierno japonés a reconsiderar la política de depender del paraguas nuclear y unirse al Tratado de Prohibición Nuclear en la primera oportunidad posible. La sociedad internacional está a la espera de la participación de Japón.

Además, pido al gobierno japonés que afirme al mundo su compromiso con el ethos pacifista de la Constitución de Japón, que renuncia firmemente a la guerra y su estricta observancia de los Tres Principios No Nucleares. Como política específica que representa un paso adelante hacia un mundo libre de armas nucleares, debería actuar ahora examinando el concepto de «Zona libre de armas nucleares en el nordeste de Asia».

Esto, ciertamente, nunca olvidaremos: el hecho de que a las 11:02 del 9 de agosto de 1945, una bomba atómica explotó en el aire justo encima de la colina donde ahora estamos reunidos, matando e hiriendo a 150.000 personas. Ese día, la furiosa explosión y los rayos de calor redujeron la ciudad de Nagasaki a una extensión carbonizada de tierra. Las personas cuya piel colgaba en tiras se tambaleaban alrededor de la ciudad arruinada en busca de sus familias. Una madre estupefacta estaba junto a su hijo que había sido quemado. Cada rincón de la ciudad era como un paisaje del infierno. Incapaces de obtener tratamiento médico adecuado, muchas de estas personas cayeron muertas, una por una. Incluso ahora, 72 años después de ese día, el daño resultante de la exposición a la radiación continúa devastando los cuerpos de los sobrevivientes hibakusha.

Líderes de todas las naciones del mundo: por favor vengan y visiten las ciudades atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Quiero que vean lo que sucedió aquí abajo en el suelo bajo la nube de hongos, no desde una perspectiva muy por encima de ella. Quiero que todos vean con sus propios ojos, oigan con sus propios oídos y sienten con sus propios corazones cuán cruelmente la bomba atómica pisoteó la dignidad de los seres humanos. Quiero que imagines cómo te sentirías si tu propia familia hubiera estado en Nagasaki ese día.

Cuando las personas han experimentado algo doloroso y angustiante tienden a encerrar esa memoria en sus corazones y son reacios a hablar de ello. Esto es porque hablar de ello implica ser recordado de ello. El hecho de que los hibakusha hayan continuado hablando de sus experiencias mientras soportan cicatrices físicas y mentales representa un acto de miembros individuales de la humanidad para proteger nuestro futuro, determinando, para hacer los mayores esfuerzos para difundir su mensaje.

Hago este llamado a todas las personas del mundo. Las cosas más aterradoras son el desinterés y el proceso de olvido. Todos dejemos pasar la batuta de paz que hemos recibido de los hibakusha y los que han experimentado la guerra, por lo que es continuamente llevado al futuro.

La IX Conferencia General de Alcaldes por la Paz se celebra aquí en Nagasaki. En esta red de 7.400 municipios participan muchos representantes de pueblos y ciudades que tienen dolorosos recuerdos de guerra y lucha civil. En solidaridad con nuestros amigos de Alcaldes por la Paz, enviaremos desde Nagasaki al mundo el mensaje de que con unidos esfuerzos y un compromiso inquebrantable, incluso los llamamientos a la paz desde las ciudades pequeñas pueden dar un fuerte impulso al progreso global, al igual que los hibakusha nos mostraron.

«Nagasaki debe ser el último lugar en sufrir un bombardeo atómico». Estas son las palabras que los hibakusha han repetido continuamente hasta que sus voces se han vuelto roncas. Vamos a demostrar que sus palabras son un deseo común y la ambición de toda la humanidad.

La edad media del hibakusha ahora excede 81 años. La «era en la cual los hibakusha todavía están con nosotros» está llegando a su fin. Solicito firmemente que el gobierno japonés mejore la asistencia prestada a hibakusha y alivie a todos los que sufrieron el bombardeo atómico.

Seis años han transcurrido desde el accidente de la central nuclear de Fukushima. Como una ciudad que ha experimentado la amenaza de la radiación, estamos con las víctimas en la Prefectura de Fukushima y les ofrecemos nuestro apoyo.

Por este medio, rindo homenaje a todos los que perdieron la vida por los bombardeos atómicos y declaro que los ciudadanos de la ciudad de Nagasaki uniremos nuestras manos a todas las personas de todo el mundo que oren por un mundo libre de armas nucleares y continúan trabajando incansablemente hacia la realización de la abolición de las armas nucleares y la eterna paz mundial.

Tomihisa Taue
Alcalde de Nagasaki
9 de agosto de 2017

En una jornada histórica, Naciones Unidas aprueba tratado de prohibición de armas nucleares

Tony Robinson/ Pressenza Con una votación final de 122 países a favor, una abstención y un voto en contra (Holanda), la conferencia para la prohibición de armas nucleares aprobó su texto a principios de este mes de julio. El tratado se abre a la firma de los Estados el próximo 20 de Septiembre, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas y entrará en vigor a partir de que los primeros cincuenta Estados lo ratifiquen.

Hay momentos positivos en la Historia que perduran por las poderosas imágenes que los acompañan, tales como el primer alunizaje, la caída del muro de Berlín o el instante en que Nelson Mandela fue liberado de la prisión. Otros momentos de similar significación histórica tienen en cambio un menor impacto fotográfico, como por ejemplo el descubrimiento de las drogas retrovirales, la cura para distintos tipos de cáncer, la fertilización in-vitro o el Bosón de Higgs. La redacción y aprobación de tratados que prohíben las armas de destrucción masiva pertenecen seguramente a la categoría de los momentos menos espectaculares. Sin embargo hoy, en el salón de conferencias de la planta baja del edificio de Naciones Unidas en Nueva York, hemos sido testigos de un momento histórico de gran envergadura con la aprobación de un tratado por el cual:

“Cada Estado Parte se compromete a no emprender jamás y bajo ninguna circunstancia el desarrollo,  la producción, la prueba, manufactura, ni tampoco adquirir, poseer o acumular armas nucleares ni otros artefactos nucleares explosivos, como tampoco a utilizar ni amenazar con la utilización de armas nucleares u otros artefactos nucleares explosivos”.

Más de 130 Estados participaron en las negociaciones que avanzaron gracias a la presión sostenida de un puñado de Estados que no están ya dispuestos a dejar el precario futuro de la humanidad en las manos de aquellos que empuñan el poder para desatar sobre nosotros un Armagedón.

Tal como sucedió con las armas químicas, biológicas, de racimo o las minas terrestres, la argumentación que condujo a la prohibición fue virando focalizándose en el impacto humanitario. Esto no fue un asunto sencillo, dado que la última detonación de armas nucleares en tiempo de guerra fue en 1945 y quedan apenas unos pocos sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki para dar testimonio. Las víctimas de las pruebas nucleares, en su gran mayoría pertenecientes a alejadas comunidades indígenas, lucharon para hacer escuchar sus voces, a pesar de no contar con recursos para lanzar campañas apoyadas por celebridades de Hollywood y en medio de increíbles dificultades.

El Tratado de Prohibición de Armas Nucleares fue denunciado por los países poseedores de armamento nuclear y sus amigos, según ellos por carecer de realismo, ser ineficaz, contraproducente e irracional. Nikki Haley, embajadora estadounidense en la ONU, expresó que como madre, hija y esposa, no podría apoyar el tratado. Pasando por alto de manera sumamente liviana que precisamente como mujer y junto a todas sus congéneres, sería desproporcionadamente afectada por una explosión nuclear.

La cuestión nuclear fue colocada en la agenda de Naciones Unidas ya en su primera resolución. Veinticinco años más tarde, en 1970, hace ya cuarenta y siete años, la organización consiguió un tratado para pavimentar el camino hacia el desarme y para evitar la proliferación hacia otros países (que falló en ambos casos). En su artículo VI el Tratado de No-Proliferación (TNP) dice:

“Cada Estado Parte emprenderá negociaciones de buena fe para lograr medidas efectivas que conduzcan en fecha próxima a la cesación de la carrera armamentista nuclear y al desarme nuclear y a un tratado para un desarme total y general supervisado bajo estricto y efectivo control internacional”.

El presente Tratado de Prohibición, independiente del Tratado de No-proliferación por ser necesario ser su signatario para participar de aquél, cierra muy bien la brecha legal descrita en dicho artículo, ya que nada es más efectivo para lograr la abolición del armamento nuclear que prohibirlo.

No debemos ser ingenuos, estamos prohibiendo estas armas (y esto entre en vigencia recién cuando cincuenta Estados lo ratifiquen), pero en el corto plazo, ni una sola arma nuclear será desarmada como resultado de él. Su valor radica en la estigmatización que emana del tratado.

En la reciente reunión preparatoria del TNP en mayo en Viena, Rusia repitió el falso argumento usado por varios países poseedores de armas nucleares, acerca de que desde 1970 el Tratado de No-Proliferación conferiría legalidad a dicha posesión. Incluso la Corte Internacional de Justicia, en su recomendación de 1996, encontró un vacío legal enorme a través del cual los Estados nucleares podrían justificar la continuidad de posesión de ese armamento, cuando dijo que el uso de armas nucleares podría ser legal en caso de amenaza a la “supervivencia misma de un Estado”.

El presente tratado prohíbe las armas nucleares en todas las instancias y cierra todo vacío o interpretación legal contraria que pudiera haber existido.

La sociedad civil (es decir aquellos que no participamos de la sociedad militar) ha luchado durante mucho tiempo para que esto llegue a buen término. Entre otros, Abolition 2000 y, más recientemente la Campaña Internacional para la Abolición de Armas Nucleares han trabajado prácticamente sin recursos  presionando para hacer realidad esto, aún cuando irónicamente el trabajo recién empieza ahora.

Este Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, llenando el vacío legal según lo explicado por Austria en la Conferencia de Viena sobre las Consecuencias Humanitarias de las Armas Nucleares, es uno de los pocos pasos que países sin armamento nuclear podían emprender sin necesitar la participación de los Estados que sí lo poseen.

Ahora la sociedad civil y los gobiernos que han empujado proactivamente para concluir el tratado deberán encontrar nuevas vías para lograr presión hacia su efectivización. Sin duda campañas de desinversión, tales como No financies las Bombas (Don´t Bank the Bomb) de la organización Pax, serán una herramienta importante. Campañas para terminar con en el conflicto entre India y Pakistán, en Medio Oriente y en el Noreste asiático serán áreas donde la presión internacional puede obtener frutos.

A nivel doméstico, el reconocimiento del Tratado acerca de “la importancia de la educación por la paz y el desarme en todos sus aspectos y de generar conciencia sobre los riesgos y consecuencias de las armas nucleares para las actuales y futuras generaciones” podría llevar a interesantes iniciativas. Éstas podrían desarrollarse no solamente en las aulas del mundo, sino también en el campo de los medios y la cultura, cuya misión de crear una conciencia global que aborrezca las armas nucleares, tendrá un rol importante que cumplir.

Pero todo esto será para mañana. Hoy celebramos este momento histórico, celebramos a todos esos activistas y organizaciones que se han dedicado por entero a esta lucha. Celebramos  a aquellos países cuyos políticos y diplomáticos lograron este hito. Celebramos que este metafórico David ha logrado vencer a un insolente Goliath. Celebramos por fin que, 72 años luego de que el infierno nuclear fuera desatado sobre la población de Japón, nunca más ningún país podrá justificar legalmente la posesión de armas que tienen el poder de destruir la civilización humana y la vida toda en el planeta.

«Política de demonización» que engendra división y miedo

Amnistía Internacional publica su Informe 2016/17, donde denuncia el riesgo de un efecto dominó a medida que algunos Estados poderosos dan marcha atrás en sus compromisos con los derechos humanos. Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, advierte de que el concepto de «nunca más» está perdiendo todo su sentido a medida que los Estados dejan de reaccionar ante las atrocidades masivas. España no se queda al margen en el menoscabo de derechos, especialmente de las personas migrantes y refugiadas, o en limitaciones de derechos como la libertad de expresión.

Los políticos que se valen de la retórica tóxica y deshumanizadora del «nosotros contra ellos» están creando un mundo más dividido y peligroso, ha advertido Amnistía Internacional hoy, al presentar su evaluación anual de la situación de los derechos humanos en el mundo.

En su informe, La situación de los derechos humanos en el mundo, la organización presenta un análisis especialmente exhaustivo del estado de los derechos humanos en el mundo, que abarca 159 países. Advierte en él de que las consecuencias de la retórica del «nosotros contra ellos» con que se elabora la agenda en Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo están fomentando un retroceso en materia de derechos humanos y debilitando peligrosamente la respuesta global a las atrocidades masivas.

«2016 fue un año en el que el uso cínico de una retórica del «nosotros contra ellos» en discursos de culpa, odio y miedo adquirió relieve global a una escala nunca vista desde la década de 1930. Son demasiados los políticos que responden a los temores legítimos de índole económica y de seguridad haciendo una manipulación venenosa y divisiva de la política de la identidad con el fin de ganar votos», ha señalado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

«El alarmismo divisivo se ha convertido en una peligrosa fuerza en los asuntos del mundo. Se trate de Trump, Orban, Erdoğan o Duterte, cada vez son más los políticos que dicen ser antisistema y tienen una agenda tóxica que persigue, convierte en chivos expiatorios y deshumaniza a grupos enteros de personas.

«La política de demonización que se hace en la actualidad difunde la peligrosa idea de que algunas personas son menos humanas que otras, despojando de su humanidad a grupos enteros de personas. Esta práctica amenaza con desatar los aspectos más negativos de la naturaleza humana».

¿Quién va a defender los derechos humanos?

Amnistía Internacional pide a la gente que oponga resistencia en todo el mundo a los cínicos intentos de retirar derechos humanos consolidados con la lejana promesa de prosperidad y seguridad.

En su informe anual, la organización advierte de que la solidaridad global y la movilización popular serán de especial importancia para proteger a las personas que se oponen a quienes están en el poder y defienden los derechos humanos, que suelen ser tachadas por los gobiernos de amenaza para el desarrollo económico, la seguridad y otras prioridades.

Amnistía Internacional documenta en su informe anual que en 2016 se dieron casos de personas a quienes mataron por defender los derechos humanos en 22 países. Las mataron por actividades como cuestionar arraigados intereses económicos, defender a minorías y a comunidades pequeñas u oponerse a los obstáculos tradicionales para los derechos de las mujeres y de las personas LGBTI. El homicidio de la notable dirigente indígena y defensora de los derechos humanos Berta Cáceres en Honduras el 3 de marzo de 2016 fue una pavorosa advertencia a quienes hacen activismo, pero no se llevó a nadie ante la justicia.

«No podemos depender pasivamente de los gobiernos para defender los derechos humanos; somos las personas quienes que tenemos que hacer algo. Con los políticos cada vez más dispuestos a demonizar a grupos enteros de personas, raras veces ha sido tan evidente la necesidad de que todas las personas luchemos por los valores básicos de la dignidad humana y la igualdad en todas partes», ha manifestado Salil Shetty.

«Cada persona debe pedir a su gobierno que utilice todo el poder e influencia que tenga para poner en evidencia a quienes cometen abusos contra los derechos humanos. En los malos tiempos, la gente ha logrado cambiar las cosas cuando ha tomado postura, fuera como activistas de los derechos civiles en Estados Unidos, activistas contra el apartheid en Sudáfrica o movimientos por los derechos de las mujeres y de las personas en todo el mundo. Todas las personas tenemos que aceptar ahora este reto».

Desarraigados: Una crisis creciente para los niños refugiados y migrantes

UNICEF • En todo el mundo, casi 50 millones de niños viven fuera de sus lugares de origen, de los cuales 28 millones han sido forzados a huir de sus hogares por los conflictos y la violencia de la que no son responsables. Millones más han tenido que migrar, solos o con sus familias, con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura. Traumatizados a menudo por los conflictos y la violencia de la que huyen, estos niños tienen que enfrentarse a otros peligros en el camino, entre ellos el riesgo de ahogarse en las travesías por mar, de sufrir desnutrición y deshidratación, o de ser víctimas de la trata, de secuestros, violaciones e incluso de asesinatos. En los países que atraviesan y en los lugares de destino son, con frecuencia, víctimas de xenofobia y discriminación.

Un nuevo informe publicado el pasado mes de septiembre por UNICEF, Desarraigados: Una crisis creciente para los niños refugiados y migrantes, presenta nuevos datos que describen un panorama desolador sobre la vida y la situación en la que se encuentran millones de niños y sus familias afectados por conflictos violentos y otras crisis que los obligan a arriesgar sus vidas huyendo antes que permanecer en sus lugares de origen. “Las impactantes imágenes de niños, como la del pequeño Aylan Kurdi, que apareció en una playa después de ahogarse en el mar, o de la cara atónita y sangrante de Omran Daqneesh, sentado en una ambulancia después de que su casa resultara destruida, han conmocionado al mundo”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Pero cada imagen, cada niña o niño, representa a muchos millones más que están en peligro y esto exige que nuestra conmoción por esos casos concretos se traduzca en acciones en favor de todos los niños”.

Desarraigados muestra que:

  • Los niños representan un porcentaje desproporcionado y creciente de todas las personas que han buscado refugio fuera de sus lugares de nacimiento: aunque representan un tercio de la población mundial, constituyen cerca de la mitad de todos los refugiados. En 2015, alrededor del 45% de todos los niños refugiados bajo protección de ACNUR procedían de Siria y Afganistán.
  • 28 millones de niños han sido expulsados de sus hogares por la violencia y los conflictos dentro de sus países y fuera de sus fronteras. De ellos, 10 millones de niños son refugiados, un millón solicitantes de asilo cuyo estatus aún no ha sido determinado, y unos 17 millones han sido desplazados dentro de sus propios países. Todos ellos tienen una necesidad extrema de recibir ayuda humanitaria y acceso a servicios esenciales.
  • Cada vez hay más niños solos que están cruzando las fronteras por su cuenta. En 2015, más de 100.000 menores no acompañados solicitaron asilo en 78 países, el triple que en 2014. Los niños no acompañados están más expuestos a sufrir explotación y abusos por parte de contrabandistas y traficantes de personas.
  • En todo el mundo, unos 20 millones niños y niñas migrantes han dejado sus hogares por distintas razones, incluyendo la pobreza extrema o la violencia callejera. Muchos corren un peligro real de sufrir abusos o de ser detenidos porque no tienen ninguna documentación, porque su estatus legal es incierto y, por lo tanto, no hay un seguimiento ni monitoreo sistemático sobre su bienestar. Son los niños que nadie detecta.

Según Desarraigados, Turquía alberga el mayor número de refugiados recientes y posiblemente el mayor número de niños refugiados en el mundo. En relación a su población, el Líbano acoge al mayor número de refugiados, donde aproximadamente 1 de cada 5 personas es un refugiado. En comparación, hay aproximadamente un refugiado por cada 530 personas en el Reino Unido y uno por cada 1.200 en los Estados Unidos. Si se consideran los países de acogida de refugiados por su nivel de ingreso, sin embargo, la República Democrática del Congo, Etiopía y Pakistán albergan la mayor concentración de refugiados.

El informe sostiene que en aquellos lugares donde hay rutas seguras y legales la migración puede ofrecer oportunidades para los niños que migran y las comunidades a las que se unen. Un análisis del impacto de la migración en los países de ingresos altos encontró que las contribuciones de los migrantes en impuestos y contribuciones sociales fueron mayores que la ayuda que recibieron, que ocuparon vacantes de alta y baja cualificación en el mercado de trabajo y que contribuyeron al crecimiento económico y la innovación en los países de acogida.

Sin embargo, una cuestión fundamental es que los niños que han tenido que huir a la fuerza de sus hogares ven limitado su acceso a servicios como la educación, siendo este uno de los principales factores por los cuales muchos niños y familias se ven obligados a migrar. Un niño refugiado tiene cinco veces más probabilidades de no asistir a la escuela que un niño no refugiado. Cuando pueden acudir a la escuela, los niños migrantes y refugiados suelen ser víctimas de discriminación, entre otras razones por un trato injusto y por acoso.

Fuera del aula, los obstáculos legales impiden que los niños refugiados y migrantes reciban servicios en igualdad de condiciones que los niños que son nativos de un país. En el peor de los casos, la xenofobia puede llegar a convertirse en ataques. Sólo en Alemania, las autoridades registraron 850 ataques contra los albergues de refugiados en 2015. “¿Qué precio tendremos todos que pagar si no conseguimos proporcionar a estos jóvenes oportunidades para recibir una educación y disfrutar de una infancia más normal? ¿Cómo podrán contribuir de manera positiva a sus sociedades? Si no pueden, no sólo se pondrá en peligro su futuro, sino que también sus sociedades saldrán perdiendo”, dijo Lake.

El informe señala seis acciones específicas para proteger y ayudar a los niños desplazados, refugiados y migrantes:

  • Proteger a los niños refugiados y migrantes, especialmente a los no acompañados, de la explotación y la violencia.
  • Acabar con la detención de niños migrantes, o los que esperan obtener la condición de refugiados, mediante la adopción de medidas alternativas.
  • Mantener unidas a las familias como la forma más adecuada para proteger a los niños y garantizarles un estatus legal.
  • Garantizar el acceso a la educación a todos los niños refugiados y migrantes y darles acceso a servicios de salud y a otros servicios de calidad.
  • Insistir en la necesidad de abordar las causas subyacentes a los movimientos a gran escala de refugiados y migrantes.
  • Promover medidas para combatir la xenofobia, la discriminación y la marginación.

Descargar un PDF del informe y materiales multimedia en: UNICEF

Necesitamos aprender la paz

Bogotá Nelsy Lizarazo

El 2 de octubre, Día Internacional de la No Violencia, el pueblo colombiano fue a las urnas. Tras los acuerdos firmados entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, el pasado 26 de septiembre tras cuatro años de negociación, Colombia tenía que decidir entre el Sí y el No a estos acuerdos. ¿Qué pasó?

Pasó que el 62,5% de la población colombiana, no fue a las urnas. No dijo ni sí, ni no… Quizás la desesperanza, el escepticismo, la incredulidad o simplemente la indiferencia, los inmovilizaron.

Así, únicamente el 37% se pronunció, un poco más de 13 millones de personas. Y pasó que, de ese 37,5%, el 49.78% dijo Sí a los acuerdos de paz. Dijeron sí los habitantes del Pacífico, Caribe y Amazónica: pueblos castigados una y otra vez por la guerra. Pueblos afro, indios, campesinos. Dijeron sí la víctimas de la guerra, por primera vez visibilizadas y reconocidas como interlocutores en los acuerdos. Dijeron sí, y ampliamente, las nuevas generaciones, solidarias y anhelantes de un nuevo país.

Pero también pasó que el 50.21% de quienes votaron dijeron No a los acuerdos de paz. Dijeron no los habitantes de las grandes ciudades, a excepción de Bogotá. Dijeron no las regiones prósperas del país, las de las industrias y los grandes negocios, las que han lucrado con la guerra. Y también dijeron no las regiones del paramilitarismo. Pero también dijeron no muchos colombianos atemorizados, convencidos de que Colombia podría volverse comunista o de que Timoleón Jiménez se tomaría el poder y les quitaría todo a todos. Así es, así caló la mentira en las conciencias de nuestra gente. Dijeron no quienes han visto la guerra de lejos, como una historia que no les pertenece.

Colombia está dividida, está dividida desde hace muchos, muchos años. Profundamente dividida. Hoy, esa división profunda se expresó en las urnas, no en las armas, no en la muerte. Cierto es que todo se manejó como un enfrentamiento Uribe/Santos y cierto es que muchos votaron pensando que se trataba de votar por el uno o por el otro y no por nosotros, como pueblo. Pero en el fondo, en el fondo, esa mínima diferencia es la señal de una división que nos acompaña históricamente como pueblo, que nos ha hecho intolerantes frente la diferencia y nos ha acostumbrado a la eliminación del contrario como la única y falsa forma de salir de un conflicto.

En este difícil momento, es un avance que la división se haya reflejado sin violencia. Es un avance que las FARC-EP mantengan su palabra y compromiso y que el cese al fuego, indefinido y bilateral, se mantenga. Sin el ruido doloroso de las armas y sabiendo que aún no nos ponemos de acuerdo, tal vez sea posible un escenario de diálogo amplio y gran acuerdo nacional. Tal vez esto es necesario para construir una paz de todos y todas los que de verdad la quieren, aunque hayan votado no. Tal vez.

Necesitamos aprender la paz y desaprender la guerra. Un escollo más ha aparecido en el camino. Seguramente sabremos superarlo pero, mientras tanto, es imposible no sentir que la paz está hoy un poco más lejos que ayer.

Fuente: Pressenza

Claves para hablar sobre la situación de los refugiados en España y Europa

CEAR • ¿A cuántas personas refugiadas ha acogido España? ¿Cuántas han llegado? ¿Están cumpliendo sus compromisos los países europeos? Son algunas de las consultas más frecuentes que hemos recibido en CEAR en el último año. Conceptos que aunque parezcan sinónimos son diferentes.

No todos los que llegan lo hacen a través de los acuerdos europeos

Se suelen mencionar datos de acogida y llegadas sin contar las personas refugiadas que tratan de solicitar asilo en España a través de sus fronteras naturales, ya sea por tierra, mar o aire.

Para hacerse una idea, en el año 2015, cerca de 15.000 personas trataron de solicitar asilo en España;solo 1,1 por ciento del total de la Unión Europea, la mayoría lo hicieron en territorio y fronteras españolas, al margen de los acuerdos europeos. En lo que respecta a las llegadas por mar, casi 4.000 personas lo hicieron a través de las costas españolas; solo 0,4 por ciento del total al resto de países europeos.

En el mismo año en el que se recibieron mayor número de solicitudes de personas procedentes de países en conflicto, en un contexto sin precedentes desde la II Guerra Mundial, siete de cada diez resoluciones del Ministerio de Interior fueron desfavorables, un 12 por ciento más que el año anterior.

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Reubicaciones desde Grecia e Italia

Este programa fue aprobado como respuesta de los países miembros de la Unión Europea a la llegada en 2015 de más de un millón de personas tratando de buscar refugio y una vida digna, especialmente a las costas griegas e italianas; más de 840.000 a través del Egeo (84 por ciento) y más de 150.000 a través del Mediterráneo Central (15 por ciento).

En julio de 2015, los estados se comprometieron a reubicar a 32.256 solicitantes de asilo procedentes de Italia y Grecia, con el compromiso de ampliar en diciembre hasta los 40.000, de acuerdo con la propuesta de la Comisión Europea. Ese compromiso nunca fue ampliado ni concretado.

Pero tras la icónica foto de Aylan, y la presión social y mediática, este compromiso se vio multiplicado dos meses después. En este segundo acuerdo, 22 estados europeos aceptaron la reubicación de 120.000 solicitantes de asilo procedentes de Italia, Grecia y Hungría, lo que situaba el compromiso en 160.000 a repartir proporcionalmente entre los miembros de países de la UE.

Aunque en la propuesta inicial de la Comisión, Hungría figuraba como país desde el que se reubicarían solicitantes de asilo, su Gobierno rechazó el esquema final adoptado por el Consejo. Por este motivo, de los 120.000 reubicados acordados, 54.000 quedaron pendientes de reasignación entre los estados receptores. Un cupo que aún no ha sido reasignado, pero al que se han comprometido oficialmente.

En concreto, España se comprometió a reubicar a 15.888 personas que se encuentran ya en Europa en dos años; 9.323 desde Grecia e Italia, a la espera de determinar la procedencia de los cerca de 6.565 refugiados restantes (pendientes tras la negativa de Hungría). Según el propio Gobierno español todavía no está determinado el origen y debe fijarse en el conjunto de la UE.

Reasentamiento desde terceros países fuera de la UE

Se trata de un programa por el cual países como España se comprometen a acoger a personas refugiadas que se encuentran en terceros países. Esta circunstancia puede deberse a diversos motivos: que el primer país niegue los derechos básicos a las personas refugiadas; que las autoridades no quieran o no puedan proporcionarles una protección eficaz; o que su vida corra peligro en dicho país o su libertad se vea amenazada.

El reasentamiento depende de la voluntad del tercer Estado (ningún país está obligado a reasentar a las personas refugiadas) y es la solución duradera menos utilizada. Se trata de una de las vías legales y seguras que impediría la pérdida de más vidas en el Mediterráneo, por este motivo CEAR exige que este compromiso se amplíe y sea permanente. Además de fomentar otras vías para que no tengan que arriesgar su vida en su intento de buscar refugio, como la posibilidad de solicitar asilo en embajadas y consulados o la emisión de visados humanitarios.

La existencia de esta figura es anterior a los compromisos europeos del año 2015, por los cuales los  países miembro se comprometieron a acoger a 22.504 personas prioritariamente de Oriente Medio, Cuerno de África y Norte de África. Es importante recalcar que actualmente el 86 por ciento de las personas refugiadas son acogidas por los países más empobrecidos, en muchas ocasiones en condiciones que no garantizan ni su dignidad ni su protección internacional. Actualmente países como: Líbano acogen más de un millón de personas refugiadas; Jordania a 664.000; Turquía a 2.7 millones; y Pakistán a 1.5 millones.

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Un compromiso que suponía poner solo un “parche”, si se compara con el número de llegadas de estos dos últimos años y la proporción que representaría este colectivo en el conjunto de la población de la Unión Europea. No obstante, 22 estados europeos solo han sido capaces de comprometerse a 22.504 en dos años. En el caso de España, únicamente se comprometió a reasentar a 1.449 personas.

Lamentablemente, estos compromisos de mínimos no solo no se han ampliado, sino que los países europeos han aumentado el número de vallas y acuerdos para externalizar las fronteras, con terceros países no seguros que no garantizan la protección internacional, como el ratificado con Turquía en marzo de 2016, que ha sido denunciado por CEAR ante las instituciones europeas. Un acuerdo ilegal e inmoral por el cual los países UE pueden devolver a una persona al país turco a cambio de reasentar una persona refugiada en territorio europeo, en lo que se ha denominado el mecanismo 1:1 y que supone una nueva vuelta de tuerca a la “subasta de personas refugiadas” de la Unión Europea.