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Una nueva sensibilidad feminista

«Ahora es la moda. Todo es feminismo. Pero se está llegando a unos extremos…». Es una de las formas de justificar el rechazo al feminismo. Realmente lo que necesitaríamos es avanzar hacia el humanismo, o como decía María Zambrano, hacia una sociedad de las personas. Pero es que, después de tantos milenios de machismo, es necesario un intermedio donde aflore la sensibilidad feminista, tanto tiempo tapada y enmudecida.

Feminismo entendido como reivindicación de derechos, celebración de lo avanzado y actitud crítica para denunciar lo que no va y lo que mantiene a las mujeres excluidas, ninguneadas, utilizadas y cosificadas. Situaciones estas de violencia que también afectan a los hombres. ¿Por qué el feminismo, entonces? Porque somos la mitad de la población mundial y, sin embargo, el poder político, económico y militar en el mundo lo acaparan los hombres actualmente y eso no ha cambiado desde hace ocho mil años… 

Las críticas al machismo irritan y molestan, incluso entre algunas mujeres. ¿Por qué? Molestan porque suenan a radicalismo, pero, ¿acaso el machismo no ha sido bastante radical? Venimos de la diferenciación obligatoria de funciones (mujeres a la cocina, a la maternidad, a la enseñanza, a la salud… porque eso se les da mejor…), la presión a la mujer que se desmarcaba de lo que le tocaba (mujeres bombero, piloto, mecánicas, ingenieras, informáticas…, uy, raritas), la dependencia económica (mujeres que ganan menos por iguales tareas, con pensiones más bajas, que renuncian a un trabajo remunerado por cuidar a los hijos, a los enfermos, a los ancianos de la familia), el acoso sexual (qué mujer no ha sufrido, a lo largo de la vida, algún episodio de acoso en el cine, en las aglomeraciones, en el metro, en clase, en el trabajo…), la persecución y degradación por tener opciones sexuales diferentes (tortillera, marimacho, bollera…).

Todo esto han sido y son formas de violencia psicológica, económica y sexual que, de una u otra forma, hemos sufrido o sufrimos las mujeres. Y son ejemplos, algunos, un tanto light. Nuestras madres y abuelas se las vieron peores: excluidas de la posibilidad de estudiar para que lo hiciera el hombre (por ejemplo, el hermano), sin derecho a divorciarse, a abrir una cuenta en el banco, sin derecho a denunciar en caso de violencia en el hogar, malmiradas y maltratadas por tener relaciones sexuales sin estar casadas, discriminadas y expulsadas del hogar familiar por ser madres solteras. Y luego tenemos los casos puros de violencia física (la agresión, la violación, el asesinato propio o el de los hijos), a los que se pueden sumar la violencia racial o religiosa (ser de raza negra, musulmana… lo peor, el último eslabón de la cadena).

El machismo no es solo una actitud, no es solo la forma de comportarse de algunos hombres, no es solo una forma de pensar. El machismo es el sistema, es la sociedad, es la cultura. Y no digo que esté en la sociedad, que esté en la cultura. No está. Es.

El sistema por el cual nos organizamos como sociedad, el sistema que marca los valores, que define lo que está bien y mal, que da direcciones e ideales de felicidad… es machista. Porque es un sistema donde por definición e historia domina el hombre y eso quiere decir que va a tener mejores y más oportunidades, aunque explícitamente las leyes digan lo contrario. Pero si en la entrevista de trabajo te preguntan si tienes pensado ser madre «algún día», estás dando un motivo para que te descarten porque vas a dar problemas (permisos, bajas, reducción de horario), porque la maternidad no es un valor, ni algo a cuidar o a proteger, sino algo que resta eficacia y merma la rentabilidad. 

Por eso el feminismo no es una guerra contra el hombre. Es una necesidad de transformar un sistema obsoleto a pesar de su indiscutible desarrollo tecnológico.

El sistema lleva insertada en lo más profundo de su hardware una brecha entre hombres y mujeres, grabada en su raíz desde los tiempos en que la humanidad aprendió a fundir metales y pasó a una nueva etapa de producción. Una etapa en la que se empezaron a gestar los primeros imperios y la ideología de la dominación y la posesión quedó inaugurada.

Por eso el feminismo no es una guerra contra el hombre. Es una necesidad de transformar un sistema obsoleto a pesar de su indiscutible desarrollo tecnológico. La cuestión no es que haya “algunos hombres malos”. Es esta ideología que nos impregna a todos y a todas…, sí, también a nosotras… y nos impone una mirada diferenciadora…

Pero la nueva sensibilidad feminista viene con potencia y con vocación inclusiva: es un movimiento que hermana generaciones, suma otras causas a la suya (la del desarme, la de los colectivos LGBT, la de las personas racializadas, la de la emergencia climática), es internacional y genera efectos demostración, fenómenos que se contagian de un continente a otro rápidamente. Las mujeres en India, Irak, Chile, Colombia, Bosnia… están iniciando luchas inspiradoras.

La sensibilidad feminista despierta ante riesgos inminentes contra la vida y su continuidad, es una energía suave pero imparable, hermanada y valiente, que nace de la necesidad más profunda. Es revolucionaria.

Necesitamos conocer nuestra historia, la historia oculta del aporte de las mujeres, y comprender que nuestro presente todavía se queda corto. Y ya se están generando nuevos modelos, nuevas referencias, no masculinas por una vez, pinceladas que surgen por todo el mundo.

Es la revolución necesaria para avanzar hacia una sociedad más equilibrada, inclusiva y no violenta. Una sociedad humanizada.

Actividades del centro Lucrecia Pérez

El 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el Espacio de Igualdad Lucrecia Pérez se conmemora este día con una siembra que simbolice la superación de la violencia.

A lo largo del mes de noviembre, en el espacio ubicado en la avenida Cardenal Herrera Oria 80B (Madrid), habrá charlas-coloquio, talleres de horticultura, expesiciones de arte pop árabe, de mujeres pintoras, talleres de videojuegos, bordado…

También hay actividades dirigidas a hombres como el Círculo de hombres, para revisar experiencias sobre masculinidad y paternidad, o el taller «Diálogos masculinos».

Además de otras muchas que se pueden consultar detalladamente en el pdf editado por la entidad.

Manifiesto Feminista Humanista

Publicamos el texto íntegro del Manifiesto que surgiera del encuentro feminista humanista realizado en Santiago de Chile el 15 de agosto pasado en el Centro Cultural Ailanto:

«Nos declaramos Feministas Humanistas que aplicamos la metodología de la no violencia activa.

Como Feministas Humanistas reconocemos el dolor y el sufrimiento que hemos vivido por el sistema patriarcal aún imperante, y nos disponemos a contactarnos con la dimensión sagrada y sanadora que habita en la profundidad de nuestra conciencia, porque comprendemos que, si una mujer se sana, sanamos todas.

Nos levantamos para ser la voz de la resistencia justa no violenta, para hacer frente a la violencia simbólica, social, estatal, étnica, física, económica, racial, religiosa, sexual, psicológica, moral, espiritual y material.

Creemos que para llegar al Humanismo necesitamos transitar por el Feminismo, para avanzar en la construcción de la Nación Humana Universal, en donde ninguna persona esté por encima de otra.

Nos rebelamos contra la victimización que nos debilita y nos erigimos como protagonistas de nuestras propias vidas.

Nos otorgamos el derecho de repensarnos como mujeres en proceso, para releer nuestras vidas, cuestionándolas desde una óptica posibilitaria que nos abra el futuro hacia la felicidad y la libertad.

Aspiramos a la igualdad de derechos y nos proponemos dar creciente cumplimiento a la regla de “tratar a las demás personas como queremos ser tratadas”.

Reconocemos el valor de todas las mujeres que nos precedieron y que dieron las luchas que nos permiten ser hoy más libres, y nos comprometemos a avanzar en este camino escalando más peldaños para entregar a las futuras generaciones.

Nos comprometemos a estudiar y ayudar a otras mujeres, a comprender los procesos que nos llevaron a una posición de sometimiento, para reconciliarnos, encontrando la paz interior, el amor y la solidaridad.

Creemos firmemente en que juntas podemos avanzar y cambiar, sumándonos a la concomitancia mundial feminista actual.

Proponemos una nueva estética en donde se exprese el amor al cuerpo, nos alejemos de los sentimientos de culpa y de las amenazas por querer un mundo distinto.

Aceptamos la diversidad de mujeres y las invitamos a transitar juntas un camino de liberación interna con expresiones concretas en el mundo.

Reconocemos a los hombres como compañeros de camino y no como enemigos, ya que buscamos el bienestar de ambos y no la revancha.

Nos comprometemos a defender y ayudar a otras mujeres a enfrentar las injusticias, de manera solidaria, valiente y conjunta.

No nos interesa imponer un solo punto de vista ni un único modelo de mujer, ya que reconocemos que el cambio profundo y esencial se da a través del cambio personal y social al que invitamos a profundizar.

UN SALUDO DE PAZ, FUERZA Y ALEGRÍA FEMINISTA»

Fuente | Pressenza

Encuentro | Poesía en violeta

La asociación Humanista Barrio del Pilar conmemora el Día de la Mujer Trabajadora con un encuentro titulado Poesía en violeta, abierto a la participación de cualquier persona interesada. Será el próximo miércoles 6 de marzo, de 19 a 21 horas, en la calle Ponferrada 4, en Madrid.

El 8 de marzo recordamos los derechos conquistados por las mujeres durante décadas y constatamos todo lo que falta aún (según un informe, al ritmo actual, en 200 años hombres y mujeres realizarán las mismas tareas en el hogar).

La poesía escrita por mujeres ha sido –como ha pasado en muchos campos de las artes y las ciencias– poco conocida, ninguneada, u ocultada…

Por eso, hacemos esta parada en la poesía en violeta, hecha por mujeres o destacando situaciones e historias vividas por ellas, de cualquier cultura, de cualquier época o dedicadas a la lucha por sus derechos. Y te invitamos a venir a compartir a tus autoras favoritas, descubrir otras y también a leernos tus poesías relacionadas con este tema.

La asociación, además, ha participado en las reuniones organizadas por el Espacio de Igualdad Lucrecia Pérez, Centros juveniles Hontalvilla y El Pardo, Mesa de Igualdad  y LGTBI, junto con la Junta Municipal del distrito Fuencarral-El Pardo para elaborar un acto común el día 7 de marzo. La actividad concretada será un flashmob y la lectura de un manifiesto en el Templete del Parque de La Vaguada a partir de las 17:00 h.

Encuentro Poesía en violeta
Miércoles 3 marzo, 19:00 h
Centro de Comunicación Humanista
C/ Ponferrada, 4 (metro Peñagrande)

La valiente lucha por los derechos de las mujeres en 2018

Mujeres activistas de todo el mundo han estado en la vanguardia de la batalla por los derechos humanos en 2018; así lo ha manifestado Amnistía Internacional en la presentación de su resumen de la situación los derechos humanos a lo largo del año.

Además, la organización de derechos humanos ha advertido de que los actos de esos dirigentes mundiales “de mano dura” que están impulsando políticas misóginas, xenófobas y homófobas han vuelto a poner en peligro derechos y libertades reconocidos hace mucho tiempo.

“En 2018 hemos visto a muchos de estos líderes que se autocalifican de “duros” tratando de menoscabar el principio mismo de la igualdad, que es la piedra angular del derecho de los derechos humanos. Piensan que sus políticas los hacen duros, pero son poco más que tácticas intimidatorias dirigidas a demonizar y perseguir a comunidades ya marginadas y vulnerables”, ha declarado Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.

“Sin embargo, las mujeres activistas son las que este año han ofrecido la visión más potente de cómo combatir a estos dirigentes represivos”.

Las conclusiones se publican en Derechos Hoy, un importante resumen que analiza la situación de los derechos humanos en siete regiones del mundo: África, las Américas, Asia Oriental, Europa y Asia Central, Oriente Medio y el Norte de África, Asia Meridional y el Sureste Asiático. Su presentación conmemora el 70 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la primera carta de derechos fundamentales de alcance global, adoptada en 1948 por los gobiernos del mundo.

2018: El levantamiento de las mujeres

No debe subestimarse el poder incipiente de la voz de las mujeres; así se afirma en el resumen. Aunque los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres ya estuvieran consolidados, las mujeres activistas han dominado los principales titulares relacionados con derechos humanos en 2018. Grupos liderados por mujeres, como el movimiento latinoamericano “Ni una menos”, han impulsado movimientos multitudinarios sobre asuntos relacionados con los derechos de las mujeres en una escala sin precedentes.

En India y Sudáfrica, miles de mujeres tomaron las calles para protestar contra la violencia sexual endémica. En Arabia Saudí e Irán, respectivamente, mujeres activistas se arriesgaron a ser detenidas por oponerse a la prohibición de conducir vehículos y al uso obligatorio del hiyab. En Argentina, Irlanda y Polonia, muchísimas mujeres se manifestaron para exigir el fin de la opresiva legislación sobre el aborto. En Estados Unidos, Europa y partes de Asia, millones se sumaron a la segunda marcha de mujeres convocada por el movimiento #MeToo / #YoTambién para reclamar el fin de la misoginia y los abusos.

No obstante, el informe señala que no podemos celebrar el “tremendo auge del activismo de las mujeres” sin abordar lo que ha impulsado a tantas a movilizarse para reivindicar un cambio.

“Los derechos de las mujeres son sistemáticamente colocados en un segundo plano con respecto a otros derechos y libertades por unos gobiernos que piensan que pueden limitarse a apoyarlos de palabra y, en la práctica, hacer muy poco para proteger los derechos de la mitad de la población”, ha afirmado Kumi Naidoo.

“Peor aún, muchos de los actuales dirigentes mundiales han lanzado nuevos ataques contra los derechos de las mujeres con sus discursos misóginos y divisivos. Estos dirigentes pretenden argumentar que están protegiendo los valores tradicionales que representan los intereses de la familia, pero lo cierto es que están impulsando una agenda que niega la igualdad fundamental de las mujeres”.

Derechos Hoy señala un conjunto creciente de políticas y leyes destinadas a subyugar y controlar a las mujeres, sobre todo en materia de salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, legisladores polacos y guatemaltecos han propugnado el endurecimiento de las leyes sobre el aborto, mientras que, en Estados Unidos, los recortes de los fondos destinados a clínicas de planificación familiar han puesto en peligro la salud de millones de mujeres.

Mujeres activistas han arriesgado su vida y su libertad para poner el foco sobre injusticias relacionadas con derechos humanos. Como Ahed Tamimi, activista palestina adolescente a quien encarcelaron injustamente por atreverse a alzar la voz en defensa de su pueblo; Loujain al Hathloul, Iman al Nafjan y Aziza al Yousef, tres activistas actualmente en detención en Arabia Saudí por hacer campaña en favor de los derechos de las mujeres; y Marielle Franco, brutalmente asesinada en Brasil este mismo año por luchar sin miedo en defensa de los derechos humanos.

2019: Un año decisivo para dar un giro a los derechos de las mujeres

Kumi Naidoo ha señalado que el aniversario de la declaración internacional de derechos fundamentales de las mujeres en 2019 –la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer– será un hito importante que el mundo no puede permitirse ignorar.

La Convención, que el año que viene cumplirá 40 años, ha sido ampliamente adoptada. Sin embargo, muchos gobiernos la han adoptado con la condición de poder rechazar importantes disposiciones destinadas a garantizar libertades de las mujeres, como la de promover una política nacional dirigida a eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres en la ley y en la práctica, y la de comprometerse a erradicar la discriminación de las mujeres en el matrimonio y las relaciones familiares.

Amnistía Internacional ha instado a los gobiernos a tomar medidas que garanticen el respeto de los derechos de las mujeres, que incluirían no solo comprometerse con las normas internacionales, sino también reformar las leyes nacionales lesivas y adoptar medidas proactivas para empoderar a las mujeres y proteger sus derechos.

“El hecho de que tantos países hayan aceptado solo parcialmente la declaración internacional de derechos fundamentales de las mujeres es la demostración de que muchos gobiernos creen que proteger los derechos de las mujeres no es más que una operación cosmética para hacerles parecer buenos, y no un asunto urgente que deben abordar con carácter prioritario”, ha dicho Kumi Naidoo.

“En todo el mundo, las mujeres, por término medio, ganan mucho menos que los hombres en los mismos puestos tienen un grado de estabilidad laboral muy inferior, encuentran impedimentos para acceder a la representación política por parte de quienes ejercen el poder y se enfrentan a una violencia sexual endémica que los gobiernos siguen pasando por alto. Debemos preguntarnos la razón de que esto ocurra. Si viviéramos en un mundo en el que las víctimas de esta clase de persecución fueran los hombres, ¿se permitiría que continuara esta injusticia?

“Debo reconocer que Amnistía Internacional puede y debe hacer más en relación con los derechos de las mujeres. Cuando estamos a punto de entrar en 2019, pienso que ahora más que nunca debemos mantenernos firmes al lado de los movimientos de mujeres, amplificar sus voces en toda su diversidad y luchar por el reconocimiento de todos nuestros derechos”.

Imagen de Amnistía Internacional

Espacio de Igualdad Lucrecia Pérez

El pasado viernes 22 de junio tuvo lugar la jornada de puertas abiertas del nuevo espacio de Igualdad Lucrecia Pérez en el distrito Fuencarral-El Pardo. Ubicado en las instalaciones del centro social Playa Gata, en Cardenal Herrera Oria 80B (antiguo centro Norte Joven), el viernes presentó sus actividades y a su equipo técnico, dialogó con entidades del distrito y abrió sus puertas durante todo el día a los vecinos.

Este espacio forma parte de la Red de Espacios de Igualdad, dependiente de la Dirección General de Promoción de la Igualdad y No Discriminación, del Ayuntamiento de Madrid.

«El nombre de este Espacio de Igualdad rinde homenaje a Lucrecia Pérez Matos, mujer dominicana asesinada en Madrid en 1992. Lucrecia fue víctima del racismo y la xenofobia por ser una mujer extranjera, negra y pobre. Pero también fue víctima de una realidad mundial presente y silenciada. Esa que afecta a las mujeres que se ven obligadas a dejar a sus familias y países para buscar oportunidades que les promuevan una mejor calidad de vida. Es la primera víctima reconocida en España por delitos de odio», explica su página en facebook.

Este centro es un recurso comunitario para favorecer la participación de las mujeres y su desarrollo personal mediante actividades que fomenten la autonomía social, económica, laboral y cultural. Así como, la sensibilización a la ciudadanía en materia de igualdad. Un lugar de encuentro e intercambio, dónde cada persona, entidad pública y privada, u organización tenga la posibilidad de aportar ideas y modos de actuar participando en el logro de una sociedad mejor organizada y más justa.

El Espacio de Igualdad Lucrecia Pérez ofrece los siguientes servicios:

–Escuela de Empoderamiento. Servicios de atención individual a mujeres en el área psicológica, jurídica y de desarrollo profesional. Actividades grupales dirigidas a mujeres: talleres culturales, danza, teatro y exposiciones, entre otras.

–Escuela de Igualdad. Actividades y talleres dirigidos a toda la ciudadanía, entidades, profesionales… Sensibilización en materia de igualdad, nuevas masculinidades, LGTBI…

–Actividades itinerantes en los barrios del Distrito Fuencarral – El Pardo: Fuentelarreina, Peñagrande, El Pardo, Barrio del Pilar, La Paz, Valverde, Mirasierra y El Goloso.

Todas las actividades son gratuitas y se puede consultar su programación en facebook.

Charla: El aporte femenino en la historia

El próximo viernes 18 de mayo, a las 18:00 h La Comunidad para el Desarrollo Humano Barrio del Pilar (Madrid) organiza una charla coloquio en el nuevo centro comunitario Guatemala, en la calle Celanova nº 2 (Madrid)

Como ponente invitada estará Beatriz García, del Movimiento Humanista, autora de la monografía “El aporte femenino en la historia”, que en breve aparecerá publicada por la editorial León Alado.

El acto que convoca la asociación Humanista Barrio del Pilar, incluida en La Comunidad para el Desarrollo Humano, en línea con sus actividades centradas en impulsar espacios de reflexión y comunicación, y desarrollando campañas que sensibilicen al barrio sobre temas de paz, no violencia, derechos humanos, etc. Dentro de estas actividades, está su campaña «Tratémonos bien», donde uno de los temas  trabajados es la promoción de la mujer y el reconocimiento de sus cualidades y aportaciones a la sociedad.

El acto se propone para dialogar sobre la mujer, el matriarcado, mitos, diosas y modelos femeninos para un futuro humanizado e inclusivo, libre de armas nucleares.

Se realizará en un nuevo centro abierto a la participación de los vecinos, antiguo colegio Guatemala y que se encontraba en desuso.

Anarcofeminismo: las mujeres libres que el franquismo siempre quiso ocultarnos

Por Sara Montero | Cuartopoder 

Amparo Poch y Gascón obtuvo el premio extraordinario de Medicina en 1929, escribió ‘La vida sexual de la mujer’ en 1932 y trabajó para Federica Montseny en el Ministerio de Sanidad. Lucía Sánchez Saornil escribió poesía vanguardista y social y vivió hasta su muerte con una mujer: América Barroso. Mercedes Comaposada comenzó su carrera siendo montadora en una empresa de producción cinematográfica y la terminó llevando los asuntos de Pablo Picasso en Francia. Las tres fueron pioneras, anarquistas y fundadoras de la Federación de Mujeres Libres en 1936. Sus escritos y logros fueron después barridos por el franquismo hasta ser borrados por completo de la memoria colectiva. Pocos jóvenes conocen hoy quienes son ellas. Con motivo del 80 aniversario de la creación de esta asociación de mujeres libertarias la Confederación General del Trabajo (CGT) organiza una serie de conferencias los próximos 8, 9 y 10 de septiembre en Madrid para enfrentar a la democracia con su propia historia.

“Para conocer el origen del anarcosindicalismo hay que remontarse varias décadas antes de que apareciera la Federación Mujeres Libres, aproximadamente al año 1870. Las mujeres empezaron a vincularse al sindicalismo, con importantes referentes como Teresa Claramunt (quien dijo que la mujer obrera era “la esclava del esclavo”). Entonces surgieron grupos en los pueblos y las ciudades. Vieron que se ninguneaba a las mujeres y comenzaron a crear organizaciones femeninas, aunque tienen una duración breve”, explica Laura Vicente, autora del libro ‘Mujeres Libertarias de Zaragoza. El feminismo anarquista en la Transición’.

Aunque en las raíces del anarquismo está el fin de las jerarquías y el control social, este grupo de mujeres se negó a esperar a que la revolución social trajera la igualdad entre sexos, como decían sus compañeros. Para ellas, eran procesos paralelos y no sucesivos. Tampoco aceptaban la palabra “feminismo”, ya que lo relacionaban con el sufragismo, y preferían hablar de “humanismo integral”.

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Una reunión de Mujeres Libres, donde debatían sobre política, maternidad o sexualidad femenina. / CGT

La Federación Mujeres Libres fue el resultado de la unión entre el grupo de anarquistas madrileñas y el Grupo Cultural Femenino de Barcelona. En 1938 ya contaba con 20.000 integrantes. Esta organización independiente no solo se preocupó de luchar por los objetivos libertarios, también batalló contra los problemas específicos de la mujer, tal y como relata en el libro ‘Mujeres Libres: el anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres”, de la investigadora Martha Ackelsberg, que será una de las ponentes de la conferencia de septiembre. Los miembros más veteranos de Mujeres Libres organizaban cursos de mecánica o conducción para capacitar a las obreras para un nuevo oficio, ofrecían charlas de puericultura para las madres y les daban nociones de sexualidad, enseñándoles, por ejemplo, a explorar su propio cuerpo. Para difundir estos conceptos contaban con la revista ‘Mujeres Libres’, que llegó a lanzar 13 números.

Para ellas, la emancipación de la mujer en el plano económico era lo principal, pero no lo único: había que llevar la igualdad también a los hogares y la vida privada. Mujeres Libres quería “emancipar a la mujer de la triple esclavitud a que, generalmente, ha estado y sigue estando sometida: esclavitud de ignorancia, esclavitud de mujer y esclavitud de productora”. Esta federación también puso en marcha los ‘Liberatorios de prostitución’. Las prostitutas eran para ellas mujeres que se habían visto obligadas a ejercer el oficio por falta de recursos económicos. Para salir de la pobreza, las reclutaban y las formaban en otros oficios donde se pudieran ganarse la vida. También debatieron sobre temas que aún no están resueltos: como la igualdad salarial, la coeducación, el reparto de tareas o el polémico amor libre, que rechazaba el matrimonio y que hoy aún sigue escandalizando a muchos. Otro de los temas que les hacían ganarse el rechazo de los conservadores eran sus charlas sobre el aborto o el uso de los anticonceptivos: estas mujeres luchaban porque las obreras tuvieran el control de la natalidad y el sexo no fuera únicamente una herramienta de procreación.

La Guerra Civil lo cambió todo. “Comenzaron también a formarlas para el frente y a hacer campañas para que, por ejemplo, se acogieran refugiados”, explica Vicente. Sin embargo, Mujeres Libres tuvo que enfrentarse también a sus propios compañeros en la batalla, dentro y fuera del anarquismo, que creían que ellas serían más útiles en la retaguardia, dedicándose a vendar a los heridos y a dar de comer a los soldados y no cogiendo un fusil, algo irrenunciable para ellas. La imagen de la miliciana con un arma está inserta en el imaginario colectivo gracias a la película ‘Libertarias’, de Vicente Aranda, que versa precisamente sobre las mujeres de esta organización.

Gran Paro Internacional de Mujeres para el 8 de marzo

El Paro Internacional de Mujeres (PIM) es un movimiento de base formado por mujeres de diferentes partes del mundo. Fue creado en las últimas semanas de octubre de 2016 “como respuesta a la actual violencia social, legal, política, moral y verbal experimentada por las mujeres actuales en diversas latitudes”. Colectivos como ’Ni una menos’ en Latinoamérica o la Women’s March estadounidense lideran una nueva era en la protesta feminista. “Si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!”, afirman.

Este paro se ha convocado ya en 23 países: Alemania, Australia, Brasil, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Ecuador, Escocia, España, Honduras, Irlanda, Irlanda del Norte, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Suecia, Turquía y Uruguay.
Según relatan, se trata de una acción contra la violencia física, económica, verbal y/o moral contra las mujeres, y exige a los gobiernos “que dejen de usar insultos misóginos y empiecen a tomar medidas reales para nuestra seguridad, el acceso gratuito a la atención médica (incluyendo los derechos reproductivos), el establecimiento y aplicación de graves sanciones en casos de violación, violencia en el hogar y de todo tipo de crimen de género”.

En España, según el Instituto Nacional de Estadística (EPA), en el cuarto trimestre de 2016, 8,4 millones de mujeres tienen empleo; 2,1 millones está en paro, y a otras 9,2 millones de mujeres de 16 y más años son llamadas ‘inactivas’, pese a realizar más de dos tercios de los 144 millones de horas diarias de trabajo no pagado de alimentación, higiene y cuidado de los demás, en particular de la infancia y las personas en situación de dependencia (a razón de 10 horas diarias por cuidadora familiar, sin domingos ni vacaciones).
“Aunque este año aún no haremos propiamente una huelga en las empresas, en las aulas y en los hogares, empezaremos el 8 de marzo juntas en la calle encendiendo ese poder que está en nuestras manos, porque sin o contra nosotras no se mueve el mundo”.
En España, el Consejo de las Mujeres del Municipio de Madrid, la organización de mujeres cineastas CIMA o la Plataforma del 7N se han sumado a este Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo “para decir no al creciente machismo, convocando una concentración con velas a las 0 horas de dicho Día Internacional de las Mujeres, en las plazas de al menos cinco ciudades del Estado, de forma unitaria con las plataformas unitarias locales”.
Desde las organizadoras, sugieren una forma abierta de protesta, dando varias opciones:
– Paro total – paro en el trabajo o en las tareas domésticas y en los roles sociales como cuidadoras durante la jornada completa.
– Paro de tiempo parcial parando la producción/trabajo por 1 o 2 horas
– En caso de que no puedas parar tu trabajo: usar elementos de negro como ropa negra, cintas negras o cualquier elemento que decidas
– Boicotear las empresas que usan el sexismo en sus propagandas o en su enfoque hacia las trabajadoras
– Boicotear a misóginos locales (a ser elegidos por ti)
– Huelga de sexo
– Corrida bancaria: Retirar dinero de los bancos por un día
– Bloqueo de caminos y calles
– Demostraciones, piquetes, marchas.

Más información:

Llamamiento en facebook

Observatorio de violencia hacia la mujer

España: graves ausencias y retrocesos en la protección a las víctimas de violencia de género

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Amnistía Internacional 12 años desde la Ley Integral, víctimas de violencia de género siguen enfrentándose a la falta de garantías judiciales. Las víctimas de violencia sexual fuera de la pareja o ex pareja, excluidas de la posible protección de la Ley Integral. Las madres de los hijos e hijas asesinados por sus padres no son reconocidas como víctimas de violencia de género. Disminuyen las ayudas a las víctimas de violencia de género y no se garantiza su reparación.

2015 vuelve a cerrarse con cifras trágicas de violencia de género. Hasta el 16 de noviembre, 48 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas y ex parejas. De ellas, había denuncia en 9 casos. Desde el 1 de enero de 2003, hasta la fecha, según los datos oficiales, 814 mujeres han sido asesinadas. A esto hay que añadir el número de menores asesinados por sus padres en el ejercicio de su derecho a visitas, un total de 20 entre 2008 y 2014, según los datos que recoge el Comité de la CEDAW (siglas en inglés del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres).

Los datos conocidos arrojan una realidad preocupante. El Observatorio del Consejo General del Poder Judicial indica que en los 6 primeros meses de 2015 se han presentado más de 62.300 denuncias en los juzgados de violencia contra la mujer, de las que el 39,8% se han archivado sin llegar a juicio. Sólo en un 11’7% de los casos ha habido una sentencia condenatoria contra el agresor.

Pero la violencia de género está cargada de cifras ocultas. Según la Macro encuesta de Violencia contra la Mujer 2015, el 12,5% de las mujeres de 16 y más años que viven en España han sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida. Y el 13% de las mujeres han tenido miedo de su pareja en algún momento. Si se extrapola el porcentaje a la población femenina de esa edad estaríamos hablando de más de 2,5 millones de mujeres. Sólo en 2015, el 2,7% de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual y 9,2% ha padecido violencia psicológica, control, humillaciones, acoso, amenazas.

“El 25 de noviembre, Día Internacional para la Erradicación de cualquier forma de la Violencia contra las Mujeres, debería ser un momento para que las instituciones del Estado reflexionen sobre si realmente hay un compromiso firme y decidido para erradicar la violencia contra las mujeres; y si hay una voluntad clara para reconocer y proteger a las víctimas. Lamentablemente desde Amnistía Internacional seguimos pensamos que la violencia de género ha dejado de ser una prioridad”, manifestó Virginia Álvarez, responsable de Investigación y Política Interior de Amnistía Internacional España.

Obstáculos para la protección de las mujeres víctimas de violencia

Doce años después de la entrada en vigor de la Ley Integral, Amnistía Internacional sigue identificando graves obstáculos para la protección e identificación de las mujeres y víctimas de violencia de género.

Trabas en el sistema judicial. El miedo al proceso judicial, a no ser creídas, a las represalias, a perder a sus hijos e hijas, a la vergüenza, a no darle importancia al maltrato recibido, o el desconocimiento del proceso judicial lleva a que el 67’8% de las mujeres que reconocen en la Macro encuesta de 2015 haber sufrido violencia no vayan a los juzgados.

Hace tres años Amnistía Internacional denunciaba los obstáculos que las mujeres víctimas de violencia de género se encontraban en los juzgados, como son: la falta de información sobre sus derechos, la falta de diligencia en la investigación judicial, la dificultad para demostrar la violencia psicológica, o los prejuicios y trato irrespetuoso en la obtención del testimonio de las víctimas. A día de hoy sigue sin haber avances concretos para acabar con estos obstáculos.

El pasado 22 de octubre, Iris era asesinada en Tenerife. Se separó de su pareja en 2012 tras 11 años de relación y 3 hijos menores de edad. Interpuso varias denuncias contra su ex pareja. Dos de las denuncias se archivaron por “falta de indicios probatorios”. Se rechazó la orden de protección a la víctima para no poner en riesgo el trabajo de su agresor que trabajaba en una gasolinera cercana a la casa. Nos preocupa que detrás de todo esto nos encontramos ante un caso más en el que la víctima no es creída y no se toman medidas para protegerla”, relató Virginia Álvarez.

Desprotección para las víctimas de violencia sexual. Amnistía Internacional valoró positivamente algunas medidas que han aumentado la protección a las víctimas de violencia contra las mujeres como fue la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género, así como las reformas legislativas tendentes a mejorar la protección a las víctimas de trata con fines de explotación sexual, o a las mujeres migrantes en situación irregular víctimas de violencia en el ámbito familiar. Sin embargo, la Ley Integral aborda únicamente la violencia cometida por pareja o ex-pareja y deja en una situación de especial vulnerabilidad a las mujeres víctimas de violencia sexual llevada a cabo por terceros. Según datos de la Macroencuesta de 2015, el 7’2% de las niñas y mujeres han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida, lo que equivale a más de 1,4 millones de niñas y mujeres.

A Olga de nacionalidad rusa no la violó su pareja, sino que sufrió abusos sexuales por dos desconocidos en marzo de 2013. Aunque le produjeron diversos desgarros vaginales que fueron atendidos en urgencias hospitalarias, la policía que estuvo presente en toda la exploración médica, no la creyó. La misma noche de la agresión, sin darle tiempo para ducharse o descansar le tomaron declaración. Las tres atenciones médicas realizadas por el Servicio de Urgencias al que acudió fueron facturadas, y el 4 de abril de 2013 Olga recibió una carta del Hospital cifrando el gasto en 893,83 euros. Tras la agresión sexual, Olga no fue citada para comparecer como víctima, y el procedimiento abierto desde el hospital por la agresión sexual se archivó sin haberse investigado. Dos semanas después de la agresión, la detuvieron por “simular” la agresión sexual para conseguir la regularización. En todo este proceso no contó con intérprete que le explicara qué estaba pasando. Fue ingresada en un Centro de Internamiento para Extranjeros para iniciar el proceso de expulsión a su país. La orden de expulsión estuvo vigente hasta mayo de 2015, no fue devuelta a su país por tener caducado el pasaporte. Finalmente los cargos contra ella fueron archivados. Tras su salida del CIE, gracias al apoyo de varias ONG, comenzó un proceso de recuperación del trauma vivido, pero no tuvo ningún apoyo por parte de la administración. Si la agresión la hubiera cometido su pareja este procedimiento de expulsión no se habría puesto en marcha.

Víctimas no reconocidas como víctimas. Amnistía Internacional valora positivamente que se haya modificado la Ley 26/2015, de 28 de julio, de Protección a la Infancia y a la Adolescencia y se reconozca a los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género también como víctimas. Según los datos de la Macroencuesta de 2015, más del 70% de las mujeres que han sufrido o sufren violencia de género tienen hijos e hijas menores que viven expuestos a esta situación y que por tanto son víctimas de la misma. El 61’7% de las mujeres que alegan haber sufrido maltrato en el último año, aseguran que los menores también han sido víctimas de maltrato en algún momento. Sin embargo, las madres que pierden a sus hijos e hijas asesinados por sus parejas o ex parejas no son consideradas víctimas de violencia de género por este hecho.

“El miedo a que los niños y niñas sean asesinados es una realidad, hay cifras que lo demuestran. Pero cuando esto ocurre, sus madres no son consideradas víctimas de la violencia de género, no tienen ningún tipo de apoyo jurídico, psicológico, ni derecho a reparación”, manifestó Verónica Barroso, responsable de Relaciones Institucionales de Amnistía Internacional España.

Recortes en la protección a las mujeres víctimas. Existen datos preocupantes que confirman que las políticas de austeridad han afectado a la implementación de la Ley Integral por parte de la administración central, las administraciones autonómicas y locales. Desde 2011 a 2015, se ha producido un descenso del 21% de las partidas destinadas para la protección estatal a las víctimas de violencia de género en los Presupuestos Generales del Estado. Mientras que la partida específica destinada a los servicios de atención a víctimas gestionadas por las Comunidades Autónomas se ha reducido un 50%.

“Frecuentemente se hace recaer la responsabilidad de la salida de la violencia a la que están sometidas sobre las propias víctimas, las indemnizaciones sólo pueden ser dictaminadas en un proceso judicial y estás son incompatibles con cualquier otro tipo de ayuda económica que la víctima hubiese podido percibir. Las ayudas dadas hasta el momento son mínimas, incluso para la atención psicológica a las que deberían acceder todas las víctimas de violencia”, destacó Verónica Barroso.

Entre 2008 y 2015, según fuentes del Ministerio de Sanidad, y en aplicación de la Ley de Ayudas a Víctimas de Delitos Violentos, 66 mujeres víctimas de violencia de género pidieron ayuda para gastos terapéuticos, sólo se concedieron 2 en 2011.

Sin derecho a la reparación. La Ley Integral no aborda el derecho a la reparación de las víctimas de violencia de género que debería incluir entre otras cuestiones, una indemnización adecuada y garantías de no repetición. 12 años después la falta de compromiso con las víctimas supervivientes es una asignatura pendiente y no abordada. La Ley 4/2015 del Estatuto de la Víctima del Delito, ha sido una oportunidad perdida para alinear el derecho español a los estándares internacionales de derechos humanos.

Organismos internacionales como el Comité de la CEDAW han reiterado a España su obligación de velar porque las mujeres y las niñas tengan acceso a medios inmediatos de reparación y protección. El Estado español ha hecho oídos sordos a estas recomendaciones en el caso de Ángela González. El Comité condenó a España el 4 de agosto de 2014 por no haber actuado diligentemente para proteger a Angela y a su hija. Pese a haber más de 30 denuncias por maltrato contra ella y contra su hija Andrea, los jueces las desoyeron y obligaron a la menor a cumplir el régimen de visitas. Durante una de esas visitas, la menor de siete años fue asesinada. Angela ni siquiera ha obtenido una verdadera disculpa por parte de la autoridades, al contrario, la respuesta del Estado en este caso ha sido insistir en que las recomendación de los organismos internacionales no son de obligado cumplimiento.

Amnistía Internacional pide al Estado que adopte las medidas legislativas necesarias para asegurar que la agresión no volverá a repetirse, y que las mujeres víctimas de violencia de género tendrán garantías de no repetición.

Tras varios años de celos, control y malos tratos, el 19 de septiembre de 2013 Sara Calleja dejó a su pareja. Ahí empezó su calvario.19 denuncias, tres juicios, nueve meses de cárcel para él, dos órdenes de alejamiento y la prohibición de entrar en España, ya que es de origen belga. Nada bastó. El día de su separación empezaron los mensajes, las amenazas veladas, a través de las redes sociales, la persecución. Su última denuncia fue 3 semanas antes de suicidarse. La respuesta judicial fue que no mirara las redes sociales. Sara no pudo más.

Amnistía Internacional se dirigirá al nuevo Gobierno para recordarle que legislar por sí sólo no basta. Ninguna ley o normativa será suficiente si no va acompañada de un verdadero compromiso de las autoridades para ponerla en práctica. Por lo tanto Amnistía Internacional pide a todos los grupos políticos que de cara a esta nueva legislatura se comprometan a:

  • Hacer una evaluación de todas las medidas establecidas en la Ley Integral de Violencia contra las Mujeres, especialmente en relación al funcionamiento de los juzgados especializados de violencia de género.
  • Asegurar que en dicha evaluación hay una participación activa de las víctimas supervivientes y sus familiares para conocer los obstáculos a los que se enfrentan y adoptar medidas adecuadas para atender sus necesidades.
  • Garantizar que las mujeres víctimas de violencia de género y de violencia sexual, ya sea cometida por pareja o expareja o por terceros, tienen todos sus derechos garantizados y recursos disponibles para su protección.
  • Garantizar el derecho a una verdadera reparación de las víctimas, que incluya la no repetición de los abusos.